SOLO QUEDARAN NUESTRAS CANCIONES
El creador de Todos contra Juan y Días de vinilo, Gabriel Nesci, vuelve ahora con un canto a la amistad, trazado por la nostalgia (ya transformada en el “do” del director). Casi leyendas es una película 100% argentina, pese a la presencia estelar de Santiago Segura. Todo está pensado para la cosmovisión del argentino medio que atravesó la década del 90 con determinados consumos culturales como el rock nacional y la tevé. Algunas buenas actuaciones y otros buenos chistes sacan esta comedia adelante que, a priori, parte de una historia deslucida: banda se reúne después de años para concurso radial.
Auto – Reverse (el trío que conformaron en su juventud Segura, Diego Torres y Diego Peretti) fue una de las tantas promesas de principios de los 90 que no llegaron a las radios, ni a grabar un disco. Ya con otra vida, y en las antípodas de la música, los personajes se reencontrarán para competir en un concurso por su regreso, organizado por una FM porteña. Es fácil decodificar las influencias yanquis del director: Días de vinilo es inevitablemente parecida a Alta fidelidad, mientras que Casi leyendas posee un gran homenaje a la primera película de Tom Hanks, Eso que tú haces!, y a la idea del one hit wonder -banda de un solo hit-. Incluso el personaje de antigua fan que personifica Florencia Bertotti juega con esa idea y asegura que “ellos fueron los que inauguraron la categoría one fan wonder”: nadie los siguió nunca.
En este sentido viene bien una cita a Nesci, quien durante la presentación de la película señaló que “el paso del tiempo magnifica la mitología alrededor de las bandas. Bandas que quizás en su momento no fueron muy exitosas se están juntando y tocan. Hay todo un culto del retorno, de revalorizar el pasado. Creo que estamos tratando de recuperar algo de un momento que pasó con las ganas de recuperar nuestra juventud”.
Otro factor determinante en el film es la icónica Casi famosos (se mataron con el título): no falta la camionetita y tampoco el periodismo, como telón de fondo y de una forma bastante ingeniosa. Los que manejan los hilos de la comedia y hacen girar la calesita son un lúcido Segura, su partenaire Peretti y la brillante niña Uma Salduaente. Torres y Claudia Fontán, que no están a la altura, representan los momentos más olvidables de una historia que está bien pensada, es original, bien filmada, pero a su vez termina siendo muy predecible. El final es un cliché enorme, desde una escena en un aeropuerto hasta los créditos.
Para ser buena, una película de música debe tener buenas canciones y ésta las tiene, algunas un poco repudiables (hay que dejar de robar con Héroes, de Bowie, por dos años) pero la mayoría están bien pensadas. Destacable es también la música original, pues esta banda apócrifa tiene sus canciones desconocidas y osará renovar su repertorio para la nueva cruzada: hacen una dedicada al daltonismo inteligentísima y una reversión en clave racista.
Nesci hace valer a The Police, Soda Stereo y otros tríos que “cambiaron su vida” y lo suscribe con los agradecimientos del final. Por fortuna, los giros dramáticos no atentan contra la riqueza de Casi leyendas, que cumple, entretiene y deja un buen sabor.