Casi Leyendas: Música noventera y risas con acento español.
Un grupo de desconocidos deciden reunir la banda que supieron formar en principios de los ’90, y que en su momento gozó de un relativo éxito. Comedia, música y amistad son los temas que ofrece el nuevo trabajo del director de Todos Contra Juan y Días de Vinilo.
Después del éxito que fue Todos Contra Juan, el director y guionista Gabriel Nesci no tardó mucho en pasarse a la pantalla grande. Dos años luego de la conclusión de la miniserie llegó a las salas su debut en el cine: Días de Vinilo. Lo que sí se hizo esperar fue este último proyecto: 5 años tuvieron que pasar para que esta comedia musical, cuándo no al tratarse de Nesci, llegara a estrenarse. Bastante tiempo, él lo sabrá mejor que nadie, pero esperemos que la espera haya valido la pena.
El concepto es simple y emocional: la reunión con amistades pasadas en pos de, no sólo recuperar algo de ese tiempo pasado que tan feliz uno recuerda, sino también mejorar la actualidad de uno en consecuencia. “Todo tiempo pasado fue mejor” es solamente un decir, pero quizás guarde más que un poco de verdad, teniendo en cuenta cómo empiezan la historia nuestros protagonistas. Mucho pseudo-Soda Stereo, mucho brit-pop y bastante “movida sónica” puede esperar a los que vayan a las salas de nuestro país a disfrutar de esta cinta.
Sin dudas, la sinopsis resulta atrayente para un nostálgico, pero realmente el principal atractivo de la peli es su tremendo elenco, así que vayamos directo al grano: uno claramente esperaría entrar a ver cómo Diego Torres trata de estar a la altura de los demás. Pero termina siendo Diego Peretti quien es el eslabón débil de la cadena. El personaje de Torres se basa en un 90% en el carisma, que el cantautor tiene a creces, y no termina disminuyendo la gracia de ninguna escena de la que forma parte. Sin quitarle crédito a Diego, tenemos que decir que en casos como este lo más probable es que, al profesionalismo y trabajo del músico que le toca actuar, se le sumen una gran labor desde el guión y, especialmente, de la dirección para no dejarlo desprotegido y concentrarse en utilizar sus puntos fuertes. Por el contrario, Peretti ya es un actor consagradísimo y de amplia trayectoria, pero termina siendo casi siempre el menos gracioso de las escenas de humor, y no llegando a fortalecer especialmente las escenas más dramáticas y serias. Esta lejos de haber hecho una mal labor, pero por expectativas y tiempo en pantalla, termina siendo claramente el que más desentona.
Pero la película no está armada para erguirse en los hombros de ninguno de los dos Diegos, sino que es la estrella de Torrente quien se pone el proyecto al hombro. Santiago Segura es el único que parece no depender de si su diálogo es realmente gracioso en sí o no, él lo hace gracioso. Y, sorpresivamente, también logra hacer un buen papel en los momentos más dramáticos de su participación. Lo más lamentable es que Florencia Bertotti tenga tan escasa participación; Bertotti es quizás la única junto a Segura que le da a las palabras en el guión alguna otra cualidad más de las que ya tiene el diálogo de por sí, sin dudas terminamos deseando que hubiese tenido más tiempo en pantalla e impacto en la película.
Uno de los puntos fuertes, así como atractivos para la audiencia, es la música; Compuesta por el mismo director, es muy disfrutable y logra llevarlo a uno a esa época musical de principios de los ’90. La nostalgia que inspira es más que apropiada para las temáticas y el mensaje que el proyecto decide abordar. Es la música y el personaje de Segura los que conspiran juntos para terminar redondeando una satisfactoria historia, acaso diezmada hacia su final por la insistencia de atenerse a una clara fórmula. Fórmula que un subpar montaje no logra ocultar.
Recomendado especialmente para fanáticos del trabajo del actor español, pero también para cualquiera que quiera pasar un buen rato mientras apoya no solo al cine nacional sino también al trabajo de un director que sabe lo que quiere, y que suele contar historias que logran conectar con mucha gente mediante su mezcla de comedia y música.