Caso 39 es una película de terror light, protagonizada por Renée Zellwegger. Allí la primera sorpresa: ¿Qué demonios hace Zellwegger en una “de miedo“? Igualmente aclaro que, sin sobresalir de forma sorprendente, tiene un aprobado en la materia.
Zellwegger es Emily Jenkins, una asistente social que trabaja sobre todo con menores. O sea: le llegan denuncias o se enteran de supuestos casos de abusos a chicos y el Gobierno interviene. Trabajan junto con los padres, hacen visitas y, si no hay modo de remontar la situación, los llevan a los orfanatos hasta que consigan familias adoptivas.
Emily está tapada de trabajo, tiene 38 casos y le llega… el Caso 39: una nena de unos 11 años que empieza a tener actitudes extrañas en el colegio, sus notas caen estrepitosamente e incluso se duerme en clase. Avisan, y Emily visita a la familia.
Una familia bastante peculiar por cierto: los padres actúan de forma rarísima, todos pálidos, medio zombies, y esta nenita se mueve totalmente atormentada por ellos. La jovencita, Lilith, tiembla al ver a sus progenitores, pero finalmente se abre con Renée y le dice que ha escuchado a sus padres decir que quieren matarla.
Emily hace lo posible por rescatar a la niña, investiga, se involucra, le deja su número de celular a Lilith por cualquier cosa y, una noche, la nena la llama porque los padres la quieren asesinar en ese preciso instante. Emily va a rescatarla (la mejor escena de la película es el intento de asesinato de los padres). Ellos son puestos en un loquero a ellos y a la niña la dejan en adopción, pero ellas se encariñaron, y Emily pide ser tutora.
¿Para qué? Porque resulta que la niña no era ninguna santa, sino que… ¡las víctimas eran los padres!
Sinceramente, me resultó mejor de lo que pensaba, aunque es cierto que imaginé un bodriazo de casi 2 horas.
Da más suspenso que terror.
Recomendada a los que les gusten las de miedo suaves. No es una de las coreanas que no querés dormir nunca más.
No recomendada para los públicos extremos: si no te gusta para nada el terror, no la veas. Si sos fan, tampoco.