A veces el cine se inclina por retratar vidas paralelas: una real y otra deseada. Este es el caso de João (João Carlos Castanha), un artista transformista que entre lo turbulento de su entorno y su pasado, prefiere sumergirse en su universo más interno, en dónde dominan los personajes que él mismo interpreta, ya sea en un teatro o en un club nocturno. Este film brasileño tiene un encanto bastante particular, ya que propone un relato ficticio sobre una persona real, y -con todo lo que ello implica- esa intercepción entre lo (casi) documental y el relato de ficción hace que esta historia tenga un interés sumamente peculiar.
Castanha de Davi Pretto es un film lúcido en varios aspectos, que bajo una oscura fotografía y un clima desolador, narra una historia sumamente perturbadora sobre la relación de un hombre con su entorno social -ya sea laboral o familiar- y todo el delirio que implica enfrentarse a sus demonios más personales: entre la cruda realidad y un dejo surrealista, la obra expone imágenes más que contundentes.
Con un estilo que se asemeja tanto temática como visualmente al universo de los films de João Pedro Rodrigues, como por ejemplo Morir Como un Hombre, el realizador compone un cine tan poético como desgarrador que termina exponiendo un mundo sumamente asfixiante que engloba a los distintos personajes y sus caóticos porvenires. Quizás su único inconveniente sea que por momentos se torna un tanto densa, aunque esto no es condición para que la película carezca de interés, sino todo lo contrario.