Vamos a recordar a Tom Hopper por esta nefasta y HORRIBLE transposición del clásico musical de los años ochenta que se ha reversionado hasta el hartazgo, pero nunca de esta manera tan penosa. Inexplicable todo, inentendible la utilización del CGI para determinadas partes de la transformación en gatos de sus protagonistas.
Gritos, horribles decisiones de escenografía y puesta, pero más horrible la intención de exigir a este cast que sean gatos por unos instantes. Ian Mckellen bebiendo leche de un plato cual gato, pasará a la historia como el momento más ridículamente desafortunado que le ha tocado interpretar. Canciones que no transmiten nada, interpretaciones penosas y gente talentosa desaprovechada. Ni siquiera Jennifer Hudson cantando Memories logra transmitir algo. A la basura.