La adaptación de uno de los musicales más famosos y reconocidos de la historia hace agua en la gran pantalla y da la pauta de que no todo material es adaptable para el cine. Su gran repertorio de estrellas maquillan un poco la pobreza narrativa del director y las magníficas canciones hacen que la experiencia sea, por momentos, bastante disfrutable.
En 1981 el compositor inglés Andrew Lloyd Webber y el letrista T. S. Eliot inauguraron en la calle teatral más famosa de Inglaterra “Cats“, una obra musical en donde se lograron adaptar una serie de poemas infantiles que el propio Eliot había escrito y logró reunir en “El Libro de los Gatos Habilidosos del viejo Possum” en donde básicamente se narraban historias de un grupo de gatos callejeros, denominados “Jélicos”, que debían completar algunos requisitos para poder de una u otra manera mejorar sus vidas. Un año después de aquel estreno, la obra llegaría a Broadway, el epicentro mundial del teatro, en donde supo permanecer en cartel durante casi 20 años estableciendo un récord absoluto en cuanto a permanencia siendo hoy por hoy, la cuarta obra en la historia que más tiempo tiene en dicha calle. Ahora bien, la obra tiene ciertas características que la hacen única en el sentido más amplio que se pueda encontrar de la palabra. Para bien y para mal la experiencia de Cats es algo que, los que suelen frecuentar las salas de teatro, debe ser vista.
Ahora, gracias a estar transitando la época en donde casi cualquier material literario logra llegar al cine, Cats (2019) llega a las pantallas de todo el mundo en busca de ampliar su popularidad de la mano del director Tom Hooper (Los Miserables, 2012) y apoyándose en el libreto original de Eliot contando también con la ayuda del guionista Lee Hall (Rocketman, 2019). En ésta película la trama gira en torno de Victoria (Francesca Hayward), una gata que es abandonada en un callejón de Londres en donde se encuentra con una pandilla de gatos callejeros que se denominan a sí mismos como “Jélicos”. Estos buscan la aprobación de su líder la gata Gatusalem (Judi Dench) quién es la única que puede otorgar una chance para que un gato o gata determinada pueda cambiar para siempre su vida. Para conseguir semejante privilegio, los felinos deberán sorprenderla en un número de baile y canto que le demuestre a Gatusalem que son dignos de semejante premio. Pero como semejante premio es tan importante, no todos los gatos obrarán de la mejor manera y es por eso que Victoria también encontrará un adversario tan maléfico y poderoso para hacerle la vida lo más difícil posible, ni más ni menos que el gato Nefástulo (Idris Elba). Para cuidarse de él Victoria contará con muchísimos aliados que la ayudarán a descubrir su verdadera razón de ser y de ser posible, ganarse la aprobación de Gatusalem.
Lo primero que hay que decir en cuanto a Cats es que la realización de una película con la premisa de la obra, y más aún teniendo en cuenta cómo funciona ésta, es que la historia no podría ser más bizarra de lo que suena. No obstante, no hay que perder de vista que en el teatro es una historia que funciona muy bien por diferentes motivos, pero que a la hora de pasarlo a un formato de cine ya se puede afirmar que la película no contará con la misma suerte que la obra. Si bien la cinta cuenta con exactamente el mismo formato que lo que se puede ver en el teatro, los recursos empleados son como mínimo cuestionables por un montón de motivos. Principalmente el desarrollo de la trama no tiene un hilo conductor lo suficientemente estable como para atrapar al espectador desde el inicio del filme, mucho tiene que ver esto con que el principal enfoque de la cinta es el despliegue técnico en los aspectos visuales (que ni por asomo son perfectos) y dejan de lado los recursos narrativos que una película debiese tener. Otra de las carencias de la película es que durante largos momentos de tiempo es aburrida, no hay sorpresa, no hay conecciones con los personajes (salvo en momentos esenciales). Pero quizás su peor característica no sea otra que el hecho de que es una película que no le genera al espectador ganas de verla. No está programada para que el espectador promedio la vea. El que sabe de que va la historia y cómo se desarrolla obviamente tendrá más paciencia y sabrá contemplar algunos detalles, pero es muy extraño que alguien que no posea estos conocimientos pueda llegar a pasarla bien viéndola y cómo nunca será una experiencia sumamente subjetiva.
Uno de los aspectos que logran que la película no sea el desastre que la crítica internacional quiso hacer creer es el gran repertorio de canciones y números de baile que se pueden ver, a pesar de que no están lo suficientemente bien filmados y hay algunas decisiones por parte del director que le sacan un poco de valor a los números que Weber y Eliot supieron escribir. Canciones cómo “Memory“, quizás la joya dentro de toda la obra, no podían estar ausentes en esta adaptación y se hace presente de una forma muy buena llenando de sentimiento todo el ambiente y logrando una relación inmediata con su intérprete Jennifer Hudson. A su vez, también hay otros números que sólo logran despertar en el espectador la risa irónica más fuerte que se pueda por la ridiculez que puede llegar a parecer.
De la mano con esto van la actuaciones del reparto que está consolidado por estrellas de primer nivel mundial. Algunos como actores y actrices y otros más relacionados con el teatro o baile pero todos saben aportar de lo suyo cuando tienen la oportunidad, todos salvo una actriz en particular, Rebel Wilson. La quien fuera protagonista de películas como Pitch Perfect (2012) o Bridesmaids (2011) en ésta ocasión va totalmente a contramano del resto del elenco y construye la peor actuación de la película y quizás de toda su carrera como actriz. El resto de los actores más famosos que tienen participación en la cinta son (al margen de los ya mencionados): James Corden, Ian McKellen, Taylor Swift que en sus breves participaciones logran sacarle jugo a los minutos en pantalla.
A fin de cuentas, Cats (2019) es una película que debería ser evaluada de una forma demasiado particular dejándose a la libre interpretación de cada uno de los espectadores. Sin embargo y de forma objetiva, la adaptación de una de las obras de teatro más famosas y reconocidas de la historia no logra concretar ser una buena película. Por su poco ingenio narrativo y unos efectos especiales que dejan bastante que desear, la cinta como tal sólo logra cobrar algún tipo de sentido cuando los números musicales comienzan y la sala se llena de magia con las letras de las canciones, luego todo puede y debe ser criticado porque la esencia de la obra está ahí deambulando por el aire, pero su ejecución deja mucho que desear.