Activistas del silencio
Un thriller discreto, elegante y de bajas temperaturas en el que se alternan el drama, la política y la acción policial. De eso va Causas y consecuencias, de Robert Redford, quien se pone en escena como Jim Grant, un abogado viudo que vive apaciblemente en un suburbio con su pequeña hija hasta que se destapa su antigua identidad, la de Nick Sloan, un ex terrorista antibelicista buscado desde hace tres décadas por el FBI sospechado de haber asesinado a un guardia en un golpe bancario.
La revelación del paradero de Sloan obliga a éste a encarar una huida por los Estados Unidos con un torpe agente siguiéndolo por detrás, aunque en realidad lo que hace Sloan es contactar a sus antiguos y escondidos compinches del movimiento de izquierda Weather Underground (todos actores de la talla de Nick Nolte, Richard Jenkins y Chris Cooper, a su modo veteranos expertos del activismo hollywoodense), en busca de una ex militante y amante (Julie Christie) que tiene la clave para salvarlo.
Quien sí se da cuenta de la operación que lleva a cabo Sloan es Ben Shepard (Shia LaBeouf), un periodista de provincias obcecado, listo y valiente que va reconstruyendo la historia y buscando su "verdad" a medida que se acerca a Sloan y a todo lo tapado tras 30 años de silencio. Entiéndase: encubrimientos, pactos secretos y trágicas renuncias.
El injerto de archivos (The Weather Undergound existió realmente) suma verosimilitud a una trama que también busca complejidad en la combustión entre lazos amorosos y familiares y sacrificios ideológicos, si bien Redford no profundiza y se queda en diálogos toscos y superficiales. "Yo no haría volar edificios, o asesinar a alguien", le dice Shepard a la detenida Sharon Solarz (Susan Sarandon). Y ella le contesta, sin demasiada convicción (actoral): "Cometimos errores, pero estábamos en lo correcto".
O, más adelante, de manera caricaturesca, Christie acusa a Sloan/Redford –más un James Bond ascético de camisa y colonia barata que un terrorista retirado- a la luz de una fogata clandestina en lo que debería ser "la" escena: "Eres como ellos. Un sistema de los súper ricos que protege a los súper-súper ricos, y a la mierda los demás". Y no es que tal cosa no sea verdad, pero una línea de diálogo no es suficiente para invocar la injusticia. Causas y consecuencias es menos una altruista victoria que una causa perdida.