Adaptada del best seller escrito por Cassandra Clare nos llega la primera parte de la saga de Cazadores de Sombras, y juzgando por el resultado final no sería nada extraño que también sea la última.
Claro que si… ¡Todos son especiales!
Clary Fray es una adolecente como cualquier otra que vive junto a su madre Jocelyn en Nueva York. El día de su cumpleaños asiste con su amigo Simón a una exclusiva discoteca donde luego de presenciar un extraño incidente descubrirá que ella no es quien creer ser, sino que es parte de un largo linaje de Cazadores de Sombra. Luego de la desaparición de su madre comenzará una peligrosa aventura para encontrarla y donde será ayudada por Jace, un Cazador del cual comenzará a sentirse atraída. Así Clary unirá fuerzas con el resto de los Cazadores quienes le mostrarán un universo alternativo en la misma ciudad y donde habitan seres tan extraños como vampiros, brujos, hombres lobos y demonios.
Cazadores de Bostezos
Primero lo primero. Nunca leí los libros de Cazadores de Sombras y luego de ver esta película estoy en condiciones de afirmar que tampoco me interesa hacerlo. Si bien no soy un gran fanático de este género conocido como “literatura juvenil”, también debo admitir que leí algunos de sus mayores exponentes básicamente por el revuelo que se armó alrededor. Leí un solo libro de Harry Potter y me resultó por demás de entretenido, leí las tres novelas de Los Juegos del Hambre y me resultaron atrapantes y leí unas cuantas páginas de Crepúsculo las cuales nunca pude continuar porque me aburrieron rápidamente. Dicho esto, no tengo nada en contra de Cazadores de Sombras, ni en contra de sus libros ni en contra de sus lectores. Pero no es muy difícil darse cuenta al ver la película que gran parte del horrible resultado final que vemos en pantalla está directamente ligado al material “original”. ¿Por qué el original entre comillas? Básicamente porque no lo es. Cazadores de Sombras es un gran cliché que repite (o roba) situaciones de otros libros y películas y las amalgama de una forma burda acompañada de diálogos horribles, personajes estereotipados y sobreactuaciones que rozan lo risible.
Dirigida por Harald Zwart, responsable de atrocidades como La Pantera Rosa 2 y El Agente Cody Banks, Cazadores de Sombras no comienza del todo mal. El film tiene una aceptable presentación de personajes y un interesante punto de partida hasta el comienzo del verdadero conflicto, pero de ahí en más es todo cuesta abajo, y de manera muy empinada. Díganme si lo que les voy a relatar brevemente a continuación no les resulta familiar: Clary y Simon son mejores amigos. Simon está secretamente enamorado de Clary. Clary conoce Jace, un cazador de sombras. Clary descubre que es una cazadora de sombras. Clary y Jace se enamoran. Lastimado, Simon le declara su amor a Clary y es rechazado. Clary deberá enfrentar su propio destino. Cámbienle los nombres y los rótulos si quieren, pero eso ya se ha visto, y lo peor del caso es que los malos diálogos y malas actuaciones potencian aún más el desagrado ante estas situaciones que vivimos una y otra vez en distintas adaptaciones de otros libros del mismo género.
Aunque la película tiene una duración superior a las dos horas, Zwart se las arregla para mantener un buen ritmo, y aunque no lleva mucho tiempo para que la historia comience a aburrirnos, el film nunca se vuelve pesado y resulta llevadero en todo momento. Por otro lado, a pesar de contar con un gran despliegue de efectos visuales, el acotado presupuesto de 60 millones de dólares (relativamente poco para un film de este estilo) hace que se quede corto en comparación a otros films y resulten, en muchos casos, de muy baja calidad. Otro punto en contra de Cazadores de Sombras está en la musicalización, siempre acentuando exageradamente los momentos, sobretodo el del primer beso entre los protagonistas, cuando comienza a sonar a todo volumen una balada romántica interpretado por alguna de las artista pop del momento.
Conclusión
Está más que claro que Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso intenta hacer negocio con el mismo público que dejó vacante la saga Crepúsculo. Y aunque puedo entender (pero no aceptar) el porqué del éxito de dicha saga, también les puedo asegurar que eso no lo van a encontrar aquí. La película hace agua en absolutamente todos los rubros y quienes vayan sin conocer el material original (como en mi caso) difícilmente le encuentren algún atractivo.