En estos tiempos tan faltos de originalidad, llenos de remakes y reboots, Paul Feig fue un poco más lejos. Decidió, además de reiniciar la saga de Cazafantasmas, cambiar el sexo de sus protagonistas. Construyó una especie de bomba de la polémica que, literalmente, dividió al potencial público entre algunos a favor y una abrumadora mayoría en contra. Que "hacen pavadas por la inclusión", que "me arruinaron la infancia", y miles de mensajes mas vaticinaban que la película sería una bazofia de dimensiones bíblicas. Pero no, está muy lejos de ello.
Con cierta similitud argumental respecto a la original de 1984, Erin Gilbert (Kristen Wiig) descubre que un libro sobre el mundo paranormal que había hecho varios años antes con su amiga Abby (Melissa McCarthy) está al alcance de todos en internet. Decide reunirse con ella para que lo saque de circulación, ya que se siente perjudicada de cara a ganar la titularidad de una cátedra en la universidad de Columbia. Es ahí cuando conoce a Jillian Holtzmann (Kate McKinnon), su nueva asistente, y se enfrentan a su primer encuentro con lo paranormal. La morocha Patty Tolan (Leslie Jones) se suma después.
La historia es realmente dinámica y entretenida. Las cuatro mujeres como equipo funcionan muy bien, no solo complementándose en sus personalidades y en sus habilidades, sino que también la química entre las actrices es notable. A ellas debemos sumarte a Cris Hemsworth, quien oficia de recepcionista y no solo aporta su presencia, sino que también sorprende al desenvolverse con carisma y soltura dentro del género. Es el villano Rowan North, interpretado por Neil Casey, quien resulta deficiente: ya sea por tener una motivación débil o por tener una psicología extremadamente retorcida que nunca es explorada, lamentablemente se queda a mitad de camino.
El tipo de humor en general es bastante infantil considerando que tanto el director como las actrices podían dar un resultado un poco más picante. No obstante, tanto en los gags de diálogo como en los momentos en que aparece la comedia física, se establece un buen ritmo. No te duele la panza de reírte, ni te quedás sin aire, pero con las originales tampoco; entonces, ¿por qué pretenderlo de ésta?
No obstante, hay dos elementos que restan bastante. El primero, es el personaje en el cual hace su cameo Bill Murray (obviamos detalles para no spoilear). Ojo, lo flojo no es el cameo de Murray en sí, sino el sentido de su personaje. No influye ni modifica absolutamente nada en la trama en general. Creo que si se hace una versión eliminándolo la película sería incluso más fluida, la acción se estanca un poco para que aparezca ese personaje a no hacer nada. Y el otro gran pifie es la versión espantosa del soundtrack original. En vez de dar dinamismo y emoción a las secuencias donde suena, como hacía el inoxidable tema original, las apaga. Un tema sin onda, sin fuerza, arruinado completamente en un intento de actualización absurdo. No es que solamente es un mal cover, es un pésimo tema en sí para la funcionalidad que se le pretende dar. No veo la hora que los nerdoamigos de internet experimenten subiendo online dichos clips remusicalizados con el tema original. ¡Eso sí sería una fiesta!
La principal controversia respecto a esta remake era, como adelantábamos, que iba a ser protagonizada por mujeres. Yo también me opuse a ella desde el primer momento. Pero ayer al salir de la sala pensaba que, en definitiva, si hacían una remake con protagonistas masculinos también hubiera sido cuestionada y, dependiendo del cast, el resultado podía ser pésimo (me remito a la última de Fantastic Four por ejemplo, que sin modificar el sexo de los personajes fue un espanto). Lo que no está bien es forzar la inclusión. Que se incluyan mujeres, negros, enanos o gays si las historias no lo piden, no va. Es como hacer una versión de Mujercitas interpretada por hombres. Es como hacer un sanguche de jamón y queso y ponerle chocolate, dulce de leche y frutillas. Son cosas ricas, pero en un sanguche no funcionan. Pero si son personajes que pueden aportar desde su género, su raza o su orientación sexual... ¡bienvenidos sean! La inclusión forzada termina generando más rechazo que aceptación. ¿O nunca escucharon decir frases del tipo "¿Por qué tienen que poner siempre un negro para quedar bien"?
VEREDICTO: 7.00 - HATERS GONNA HATE
Ghostbusters no es ni por lejos la mejor comedia del mundo, pero no se merece haber sido lapidada como lo fue antes de su estreno. Tiene ritmo, buenos gags y la química entre los personajes es muy buena. Las fallas que tiene son completamente ajenas a que las protagonistas sean mujeres.