No quiero ser enterrado en un cementerio de animales
Posiblemente Stephen King sea uno de los novelistas más grandes de la historia con más de 80 obras publicadas y con más de 70 adaptaciones en películas y series. Es tan extensa su carrera que ya en los últimos años se comenzaron a hacer remakes de obras ya adaptadas como pasó con IT y dos veces ya con Carrie y ahora le toca el turno a Cementerio de animales, película que adapta la novela homónima de 1983 y que a su vez es remake de la película de 1989.
Fiel a su estilo, estamos nuevamente ante una película de terror que cuenta la historia de la familia Creed que se muda a un misterioso pueblo en el que se encuentra un antiguo cementerio indio que da la posibilidad de revivir a todo aquello que es enterrado allí. Si bien la historia ya es conocida no vamos a contar mucho mas de la trama para aquellos que aún no la conocen y quieren descubrirla en el cine.
Sin embargo, esta nueva versión logra -y de manera efectiva- separarse de su antecesora (y a su vez del libro) con pequeñas diferencias, especialmente pasando la mitad de la película y sobre todo al final, que causan sorpresa hasta los mas familiarizados con la obra original. Para ser mas especifico, aquello que parece que va a suceder basándose en la obra, termina dando un giro que si bien mantiene la esencia original, sirve para darle cierto refresh y justificar su existencia. Claro, no faltarán los fanáticos de la primera hora que se verán defraudados por estas decisiones.
Más allá de esto, la película como un film de terror funciona (aunque tarde un poco en llegar) y tiene sus escenas que ponen los pelos de punta a los espectadores gracias a una gran dirección. Sin embargo, también existen varias otras escenas (que existen en la obra original) pero que no están desarrolladas correctamente y no logran justificar su presencia. Si no hubieran estado en la película nada hubiera cambiado. Es más, posiblemente la trama hubiera sido más clara.