Cementerio de Animales: A veces la muerte es mejor.
El cine de terror de los años 80 y 90 claramente no es el mismo que el de ahora; y esto no es novedad. El cine actual está plagado de reciclajes, repeticiones y la aparente carencia de buenas u originales ideas. Todo tiempo pasado fue mejor, dicen algunos. Y en el cine, muchos también piensan de este modo. Cuando se empezó a promocionar una nueva película sobre “Cementerio de Animales” (¡si, ese clásico de la literatura de Stephen King que fue llevado a la pantalla grande en 1989 por Mary Lambert!) no sólo no nos sorprendimos, sino que además descreímos totalmente de ella.
Resultó finalmente que la actual, dirigida por Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, desembarcó para mostrarnos que todavía se pueden filmar remakes interesantes -no se puede dejar de citar un ejemplo de hace unos años que da perfecta cuenta de esto: de la mano del director argentino Andy Muschietti, vimos una nueva versión de ”It: Eso” (2017) que dejó al público y a casi toda la crítica con la boca abierta – y que en función de un guion más ágil y moderno, se pueden modificar algunos detalles de la historia original sin traicionarla.
Como ya se dijo, el cine de los años 80 es totalmente diferente. La anterior “Cementerio de Animales” no resultó ser brillante (la lentitud en la sucesión de los hechos le baja muchísimos puntos). En cambio, la versión de Kölsch y Widmyer, además de contar aquella historia con más dinamismo, presenta más potentemente sus elementos clave en el guion: la presencia del gato malvado (al igual que la anterior, pero más reiterada), una vuelta de tuerca a la clásica escena del accidente del camión en la carretera, algunos cambios en la historia familiar… esto confluye en una trama sólida y creíble (dentro de lo increíble) apoyándose, además, en actuaciones convincentes, un meticuloso trabajo de arte y puesta en escena, y un poderoso desenlace.
La mayoría ya vio la adaptación anterior de la novela, el cementerio de mascotas delante de un gran y espeluznante cementerio indio que causa estragos (aunque los únicos responsables de todo son los humanos). No hace falta contar demasiado sobre ésta. Lo mejor que se puede hacer es disfrutar de una nueva maravilla del cine de género de nuestros tiempos. Una película que se diferencia de la gran cantidad de remakes de la industria actual. Hasta no suena demasiado descabellado olvidarnos por un momento de su predecesora y saborearla como un exponente que reinventó y resignificó el relato de Stephen King sobre el cementerio maldito.