En Francia la vieron más de 2 millones de espectadores, y se convirtió en uno de los mayores éxitos de la temporada. Esta comedia negra de Danielle Thompson –su cuarto largometraje–, hace hincapié en lo que mostramos y escondemos. Una mirada honda sobre convenciones sociales marcadas por la hipocresía. Cuatro parejas de amigos se reúnen a cenar en el departamento de uno de ellos. Hay, en apariencia, ganas de pasarlo bien. Pero, a poco de comenzar la velada, asoman los verdaderos rostros de unos y otras. Los temas van y vienen, y a una réplica no demasiado feliz, responde un apunte irónico, a medida que el clima se va espesando con las bebidas. Hay mucho resentimiento en torno de esa mesa. Se ponen de manifiesto frustraciones, cuentas pendientes y traiciones. La atmósfera va a estallar y al culminar la noche habrá más de una herida sin cerrar. Daniele Thompson parece conocer muy de cerca a sus criaturas, como ya lo demostró en “Besos para todos”.