Espiral de violencia
Cenizas del pasado (Blue Ruin, 2013) es una película independiente americana hecha con elementos mínimos. Si bien esto no es un valor en sí mismo, es notable como el film logra adentrarnos con ingenio en la trama, poniendo de manifiesto a su vez la relación de la sociedad estadounidense con la violencia.
La cámara se desplaza lentamente por el interior de una casa. Vemos en la bañadera a un hombre desmejorado, abandonado y deprimido. En la radio se escucha que un hombre acusado de un violento crimen ha quedado en libertad. El personaje encuentra motivación repentina y pone en marcha un impulsivo plan.
Cenizas del pasado comienza sin mucha información para el espectador. Esa es la idea del tipo de relato donde el protagonista sabe más que quien observa. Con esta disposición, la película dirigida por Jeremy Saulnier nos sumerge en la desesperada búsqueda de venganza de su protagonista que activa un espiral de violencia incontenible.
Ganadora del premio FIPRESI en el Festival de Cannes, esta película indie americana se posiciona como una grata sorpresa ya que, sin ser una genialidad, logra dar un discurso acerca de la violencia. Es paradigmático el amigo de la infancia del protagonista, armado hasta los dientes y que utiliza su tiempo para perfeccionar su destreza en la cacería. Sea de animales o de seres humanos.
Un tipo de cine que suele retratar aquellas sensaciones experimentadas por los lugareños del interior de los barrios pobres de estados unidos. Si los problemas existenciales son retratados por los dramas indie, serán entonces los conflictos sociales los que se desarrollen en films como el que Cenizas del pasado plantea. Justo ahí, en tales lugares, donde las leyes y la justicia parecen quedar sin efecto.