Cenizas del pasado, o Blue Ruin como indica la imagen es una historia de venganza. Pero no te confundas, esta película tiene muy poco que ver con las películas de acción que nos trae Hollywood semana a semana. En este caso, estamos ante una película que avanza a paso muy lento, con un protagonista que, ni a palos es una máquina de matar, sino una persona bastante común empantanándose en una vorágine de violencia, hasta entonces, desconocida.
Esta película nos presenta a Dwight (Macon Blair), una especie de mendigo cartonero que vive adentro de un pontiac viejo y hecho mierda. Un día como cualquier otro, Dwight se entera que la persona que le arruinó la vida sale de la cárcel, por lo que vuelve a su pueblo natal para cobrar venganza.
Este es el puntapié inicial para una historia de suspenso con muchos silencios, en donde la acción pasa a un segundo plano. La película está focalizada principalmente en su personaje principal, la situación en la que se ve inmerso y las consecuencias que sus acciones provocan en sus afectos más cercanos.
Una vez consumada su venganza, Dwight se ve en la situación de proteger a su familia de una represalia y es aquí donde se lo ve evolucionar en una persona lista para la violencia, aunque, cuando las papas queman, nuestro imperfecto héroe siempre se ve superado por la situación. Las escenas de acción son crudísimas. La violencia es gráfica, hay sangre por todos lados, pero incluso esto es tomado con mucho sentido de la realidad. Cuando alguien se lastima, se lastima en serio. No es gracioso ni disfrutable.
A medida que avanza la trama, nos damos cuenta que esta historia es en realidad una tragedia en la que dos familias se ven atrapadas por una escalada de muertes y violencia, y terminan siendo destruídas por culpa de un amor prohibido y al final del día, lo único que queda en pie es, curiosamente, el fruto de esta relación enterrada años en el pasado.
El guión y la dirección están a cargo de Jeremy Saulnier (Murder Party, The Green Room), un joven realizador de cine independiente que tiene bien claro lo que quiere mostrar y, sobre todo, de que forma quiere hacerlo. En su segunda incursión en un largometraje, el director vuelve a sorprender por su excelente uso de la fotografía. Se nota que Jeremy tiene una historia interesante que contar y posee los recursos narrativos para hacerlo.
Si hay algo para decir en contra de esta película, es que llega a nuestras salas 2 años después de su estreno. Pero eso no es culpa de Saulnier quién acaba de estrenar en Cannes su nuevo film, The Green Room, con mucho éxito entre los críticos. Esperemos no tener que esperarla hasta el 2017.
VEREDICTO: 8.0 - TESORO ESCONDIDO
Cenizas del pasado no es para cualquiera. Es un thriller distinto, de bajo perfil, con una historia cruda, atrapante, y un alto nivel de violencia. Si le das la oportunidad, seguramente salgas del cine gratamente sorprendido.