Todo transcurre en una apacible villa turística al pie del centro de esquí de Cerro Bayo, en la provincia de Neuquén. Pero podría haber sucedido en cualquier familia clase media del país, cuando la cercanía de la muerte de uno de sus integrantes desata lo mejor y lo peor de cada uno de los integrantes del núcleo familiar. Empiezan los encuentros y los desencuentros, y la película plantea vidas grises que quieren tomar color a partir de una herencia. Un mundo de fracturas dentro de una familia ambientada en paisajes formidables . Es buena la actuación de los protagonistas y esta vida gris es acompañada por la casi ausencia de banda sonora del filme. Una película para objetivar situaciones cotidianas pero lejos está en su intención convertirse en el disfrute de un sábado a la noche, sino mas bien una invitación para la reflexión.