Después de ser premiada en el festival de San Sebastián y con estreno anunciado para el próximo mes de agosto, se presentó en calidad de premiere “Cerro Bayo”, la ópera prima de la talentosa Victoria Galardi, que anteriormente había realizado en tándem con Martín Carranza “Amorosa Soledad”.
En esta oportunidad Galardi cambió de registro y se internó en un pueblo chico que, como dice el refrán, puede ser un infierno grande. Aunque la propuesta en nada tiene que ver con el terror sino con la vida de anécdotas pequeñas que se da en una comunidad de pocos habitantes al borde del Cerro Bayo, donde todos se conocen. La directora es oriunda de Neuquén y demuestra conocer con su firme guión todos los recovecos de la comunidad: desde los vecinos que alcanzan en el camino a un joven soldado de un puesto de vigilancia, pasando por los concursos de bellezas comunitarios para el elegir a la reina del Cerro hasta los repetidos comentarios sobre el clima.
Todo comienza cuando Juana Keller, la abuela de una familia tipo se intenta suicidar. Prende el gas y se deja morir. La drástica decisión se ve interrumpida cuando es salvada por una de sus hijas que vive en el pueblo. Juana queda en coma provocando y moviendo toda la trama. Su otra hija (Verónica Llinás en un excelente papel) viaja desde Buenos Aires por la triste noticia. Ese re-encuentro con su hermana y la familia, y su complicada situación económica sumado al misterio generado por una supuesta ganancia en el Casino de su madre, hará estallar los más oscuros sentimientos e intereses de los “aún” no deudos.
Victoria Galardi se presenta como una excelente directora de actores –declaró en la conferencia de prensa que el trabajo previo y los ensayos con su equipo es lo que más disfruta – ya que no existe ni un pequeño personaje que no esté bien en el film. Nada desentona, todo funciona como una pieza de relojería.
El drama que vive la familia es matizado con pequeñas dosis de humor, rayano en lo absurdo, que hacen llevadera una trama que por lo pequeña podría haber caído en el costumbrismo y la pesadez.
Mención especial nuevamente para Inés Efrón, la joven actriz de “XXY” se destaca en su rol de una chica cuya aspiración es ser elegida Reina del Cerro. Sus inseguridades y las conversaciones con su hermano (Nahuel Pérez Biscayart) cómplice de sus pedidos resultan conmovedoras en su visión fraternal de la vida.
De los intensos 86 minutos deben destacarse dos momentos musicales. Una escena en cámara lenta del tema “Elephant Gun” del grupo “Beirut” donde toda la fuerza e intensiones del personaje de Llinás son desplegadas. Y la composición “Arioso” de Johann Sebastian Bach interpretado con guitarra por un grupo brasileño que vive en Nueva York llamado “Trio Da Paz”, cuando la acción transita el camino que conduce al Cerro que da título a la historia. “Mientras la filmaba escuchaba esa música” declaró la directora.