Micaela y su madre Yurquina emprenden un viaje en busca de su abuela Felipa, última moradora Coya del olvidado, duro pero extraordinario paisaje andino de Cerro Quemado. El trayecto se convertirá no solo en el retrato poético de un mundo a punto de desaparecer, sino también en el encuentro íntimo, espiritual, de tres mujeres de generaciones distintas unidas por un mismo linaje ancestral.