La opera prima de Florencia Percia que eligió muy bien a su protagonista Elisa Carricajo. La historia de una joven que se muda con su marido, que tiene todas sus pertenencias embaladas y que se queda sola, porque el debe viajar a Italia por su profesión. Ella es como una hoja al viento que cumple o intenta cumplir con todo lo que tiene planeado su pareja. No sabe lo que quiere pero conoce exactamente lo que no quiere. Sin embargo, esa mudanza, ese empaquetar su entorno y esa soledad la arrastran a paliar su creciente insatisfacción con salidas con extraños: con turistas, clases de tai chi, retiros espirituales. Y al mismo tiempo comienza a desligarse de sus clases, de una beca que le otorgaron y sobre todo del intenso marido que la llena de planes, imposiciones y casi no la consulta para ninguna de sus decisiones. Una mirada aguda sobre una mujer que necesita imperiosamente liberarse de un mundo que le impone sus normas, profundamente desilusionada de su existencia, en la búsqueda de algo que la conmueva. Un inteligente itinerario que le permite a la directora indagar sobre lo que ocurre con su protagonista y de paso ironizar con el entorno que la rodea y con el mundo actual, con gente que se anota en cualquier obligación con tal de no responder a ningún interrogante existencial, especialmente cuando nos habita la insatisfacción.