En términos formales, Chaco es la secuela de El impenetrable (2012). Pero su protagonista-director, Daniel Incalcaterra, lo transforma a la vez en crónica testimonial, thriller político narrado en primera persona y documental atípico. Incalcaterra es el realizador de este relato, pero también se involucra en él como dueño de 5000 ha en el corazón del Chaco paraguayo que aspira a convertir en una reserva natural en medio de intereses económicos, políticos, sociales y un escenario burocrático casi kafkiano. El extraordinario plano final resume la perplejidad del autor y los dilemas de un conflicto que seguramente tendrá nuevos episodios (incómodos, apasionantes) en el futuro.