“Cuando tocas los grandes intereses económicos, la respuesta inmediata es judicial”, dice Incalcaterra.
“Chaco”, una coproducción con Italia y Suiza, es un documental que expone los desafíos y problemas relacionados con cinco mil hectáreas de bosque virgen que se encuentra en disputa casi como el lejano oeste.
Cada día se destruyen 2000 hectáreas de bosque en el Chaco paraguayo. Luego del “El Impenetrable” (2012), el director Daniele Incalcaterra, con la codirectora Fausta Quattrini, una vez más expone los desafíos y problemas vinculados a sectores de bosque virgen heredadas de su padre.
La odisea inicia con el documental “El Impenetrable”, donde el padre de Daniele Incalcaterra era funcionario de la embajada italiana en Paraguay y recibió 5 mil hectáreas, que eran una parte de las que el dictador Alfredo Stroessner repartió de manera irregular bajo su régimen. Esas tierras rompieron la relación de Incalcaterra con su padre. Años después, ese mismo hijo decidió devolverlas a sus dueños originales del Chaco paraguayo: los guaraní ñandeva. Pero cuando presentaba dicho film fuera de concurso en el Festival de Venecia, un llamado telefónico lo puso en alerta: “Me llamaron comentando que había un problema con la reserva Arcadia que hemos creado durante la filmación de ‘El Impenetrable’. Como había un nuevo problema pensé que había que hacer otra película”.
De este modo comienza un nuevo rodaje, continuando la lucha. “Chaco” es una secuela sobre la batalla legal del terreno en medio del chaco paraguayo. Incalcaterra, abocado en su conservación natural en todas sus formas y posibilidades, versus otro hombre con similar título de propiedad en que los intereses políticos y económicos son los que prevalecen. El documentalista italiano recurre a todas las vías legales posibles para llevar adelante su objetivo, incluso hasta una carta dirigida al Papa Francisco, y pese a los intentos no se logra avanzar.
Vemos el sin fin de una interminable lucha de gran cantidad de vueltas que dilatan una espera que nunca llega, narrado en primera persona, de forma contundente y direccional sin irse de foco del conflicto, con una buena fotografía que capta bien la belleza y particularidad del lugar, con un plano final que resume el desconcierto del cineasta y los dilemas de un conflicto que seguramente tendrá nuevos episodios.
Vale agregar que se presentó en el Festival de Mar del Plata 2017 y obtuvo el premio Greenpeace destinado a la película que mejor refleja el cuidado del medioambiente y la no violencia, valores que la organización ambientalista defiende en todo el mundo.
En síntesis, “Chaco” es la historia de una lucha casi obsesiva, donde se busca convertir un terreno en reserva natural administrada por indígenas ñandevas, a quienes se los considera que por derecho merecen tener ese lugar, en medio de intereses económicos, políticos, sociales, siempre haciendo hincapié a “sino preservas el bosque y no preservas a nadie”.