Director que mucho abarca…poco cuenta
Neill Blomkamp es un director sudafricano nuevo que se ha convertido rápidamente en uno de mis favoritos. Sus películas, situadas en futuros no tan lejanos, tienden a tratar la marginalidad y las injusticias sociales desde un lado novedoso y entretenido. Problemas que tienen lugar en su país de origen pero que lamentablemente vemos repetidos en todas las sociedades. Pero lo más interesante que tienen sus películas no sólo son sus temas de interés social, sino sus fantásticos robots, y las escenas de acción que los incluyen.
Por eso es que, luego de ver District 9 y luego Elysium, donde Blomkamp profundiza su estilo de dirección, supe que Chappie tendría que ir por el mismo camino.
Lamentablemente no estaba en lo cierto.
La película se sitúa en la ciudad de Johannesburgo, donde el número de policías muertos a manos de delincuentes se ha salido de control. Para aliviar esta situación, el estado implementa una policía de robots, que envía como fuerza de choque a los enfrentamientos. Así es como Chappie (o en ese momento, Unidad N° 22) es gravemente dañado con una bazooka en plena batalla y enviado para su destrucción y reciclado. Al mismo tiempo, el inventor de este ejército de robots, Deon Wilson (interpretado por Dev Patel) está experimentando con inteligencia artificial y lo que más quiere es crear un robot con una conciencia prácticamente humana. Por eso es que se roba a la unidad N° 22. Lamentablemente no consigue completar su cometido porque es secuestrado por una banda de delincuentes que lo necesitan para “apagar” o “desconectar” a los robots policías y así poder delinquir tranquilos. Pero éstos no son los villanos de la película. El papel de antagonista lo ocupa Hugh Jackman, quien interpreta al soldado Vincent Moore e igual que Deon, trabaja en un robot (el Alce) que sirve para aplastar delincuentes, aunque no logra que la policía lo quiera para su fuerza. Su papel termina siendo forzado en la historia y no agrega absolutamente nada, por lo que de antagonista tiene poco.
Esto se ve repetido a lo largo de la película, donde los personajes tienden a perder peso y a desdibujarse, porque se intenta hablar de demasiados temas en poco tiempo y termina por no hablarse nada. Pero no todo es malo en Chappie, claro. Por eso es que a continuación, empezaremos con lo destacable.
Lo principal es que uno como espectador enseguida siente empatía por este robot que es en parte un niño, en parte un perro extraviado con estas antenas cual orejas tan expresivas que tiene. Enseguida compartimos el temor y la tristeza que siente Chappie, a la deriva y fuera de lugar y más tarde la soledad de ser completamente distinto a aquellos con los que se relaciona, que son humanos.
Otra de las cosas interesantes que tiene la película es su estética, que es una combinación de la cultura “gangsta” y la propia estética del grupo sudafricano de rap Die Antwoord (que interpretan a los delincuentes Yolandi y Ninja, quienes secuestran a Deon). El director propone un contraste muy marcado entre ellos, con cortes de pelos extraños y vestidos con ropas coloridas y el corporativo y ordenado creador de Chappie. La confrontación entre estos personajes tan distintos hace que Chappie sea entretenida y llena de riqueza visual.
De todas formas, lo mejor del film sin dudas es Chappie, quien interpretado por Sharlto Copley, está maravillosamente logrado y es increíble hasta qué punto uno se puede sentir identificado con este ser de titanio que no tiene corazón pero sí una conciencia casi (o del todo) humana.
Lo malo de la película, es que se tocan muchos temas importantes, como la discriminación, la intolerancia, el crecimiento de la violencia, la conciencia humana y la vida después de la muerte, pero se no profundiza en ninguno. Finalmente todo termina por diluirse cuando comienzan las escenas de acción que, si bien están hechas correctamente y son entretenidas, poco tienen que ver con el resto de la historia. Y poco tienen que ver con aquellas escenas a lo “Gopro” donde Matt Damon pelea con el robot guardaespaldas de un residente de Elysium.
Por todo esto, es que al finalizar Chappie, como espectadora me quedé con una sensación de engaño y un cierto enojo con este director que supo hacer geniales películas y hoy se aleja de su estilo para hacer algo más pochoclero. Pero no perderé la fe en Neill Blomkamp y volveré a ver lo que quiera mostrarnos más adelante, que se rumorea será una reversión de Alien.
En conclusión, Chappie es una película que se deja ver, entretenida, pero que no se diferencia en nada de cualquier otra película de acción.