Con una brillante Ángela Molina
La actriz española que acaba de recibir el Goya de Honor, protagoniza esta coproducción paraguayo argentina.
Comedia fantástica, road movie de opuestos, la tercera película de Simón Franco (Tiempos menos modernos, Boca de pozo) cruza los géneros cinematográficos de manera lúdica y alegre con un argumento que habla de la magia del cine.
Charlotte (Ángela Molina), una actriz de la época de oro olvidada en la actualidad, se entera de que el director que la descubrió filmara su último film en Paraguay. Para eso convence a su eterno y fiel asistente oriental Lee (Nacho Huang) de emprender un viaje hasta Asunción con el fin de convencer al cineasta de protagonizar la cinta.
Ángela Molina es el alma de esta película. Su solvencia y carisma le imprime gracia a un film desparejo por tramos, que en algunos lapsos siente su mezcla de géneros, acentos y registros. Su contracara es Ignacio Huang, el actor de Un cuento chino (2011) que balancea a la perfección el vínculo entre los personajes. Su Lee es sensible, servicial pero sobre todo, un gran compañero. Siendo una historia de dos personajes era fundamental la performance de ambos actores, que resuelven con eficacia.
La banda sonora (Mariano Barrella en la música y en la Dirección de Sonido Esteban Golubicki) es el otro recurso fundamental para marcar el tono y registro de la película, que deambula entre el humor negro y la fábula simpática sobre los egos y frivolidad del mundo del espectáculo.
Charlotte (2020) es una película sin pretensiones, que ofrece un momento agradable y se fortalece por la presencia de su elenco, al que se suman Fernán Miras, Gerardo Romano y Lali González (7 Cajas, 2012).