Un completo documental biográfico con entrevistas inéditas con la mítica cantora latinoamericana en el que se recorre su extraordinaria obra y su complicada, problemática y fascinante vida personal.
La mítica figura de Chavela Vargas, esa enorme cantora mexicana que alcanzó la popularidad local e internacional recién en las dos últimas dos décadas de su vida, tuvo una vida larga, compleja y llena de idas y vueltas personales y profesionales. En este documental se atraviesan todas ellas, desde su difícil infancia en Costa Rica, donde sufrió el rechazo de su familia por su actitud y personalidad poco convencional y femenina hasta llegar a su consagración internacional en los años ’90 gracias a la ayuda y el cariño de Pedro Almodóvar, pasando por su llegada a México, sus primeros pasos como cantante, su compleja relación con el alcohol, sus años de escenarios, sus incontables romances (incluyendo a Frida Kahlo y Ava Gardner) y los años en los que estuvo tan fuera de todo que la gente creía que había muerto.
Pero no. Chavela tuvo varias vidas y la película, que toma como eje una entrevista nunca antes vista que una de las directoras le hizo en 1992, las atraviesa, contadas por ella y por las personas que más y mejor la conocieron. Además del anecdotario copioso están, obviamente, los dos ejes principales de su vida: la canción y la sexualidad, que debió ocultar en México, al menos oficial y públicamente, hasta la última etapa de su vida. Su relación con la canción, si bien queda clara en varias de las historias que se cuentan y en algunas de las performances que se ven, tal vez merecía un poco más de atención. Aunque son varios los que analizan su arte (incluyendo ella misma) resulta un tanto problemático que la propia película dedicada a ella corte sus actuaciones por la mitad o reemplace el sonido de su voz con entrevistas.
Más allá de eso –hay discos e incontables videos online de Chavela para verla en vivo–, la película es de una corrección irreprochable. No esconde ningún asunto (desde su alcoholismo hasta su difícil personalidad) pero tampoco intenta con eso bajarla de pedestal alguno. Por el contrario, conocer las contradicciones, sufrimientos y hasta sus agresiones y maltratos a gente que la quiso no hace más que humanizarla, algo que es evidente por la manera cariñosa en la que la recuerdan aún los que tuvieron que sufrirla en sus momentos más complicados.
CHAVELA pinta a la cantante –con sus ponchos, sus tequilas, sus tirantes relaciones y su gigantesco talento– tal como uno imagina que era. Una mujer dura, frontal, que se desgarraba emocionalmente en el escenario pero parecía ser muy pragmática en su vida, al menos en lo que respecta a sus historias amorosas “prohibidas” en el México machista de entonces. La película la pinta de cuerpo entero y la honestidad con la que retrata su vida es la que finalmente termina por emocionar casi tanto como sus canciones.