El backstage familiar de un revolucionario
Continuando con su obsesión documental, como lo hiciera en Cortázar, el director Tristán Bauer construye ahora una mirada íntima y subjetiva de Ernesto Che Guevara a través de materiales de archivo militares y familiares inéditos.
Contar los días de Ernesto Guevara ya se hizo en varias oportunidades, pero Bauer elige un costado dramático cargado de emoción al mostrar la lucha de un hombre contra las injusticias e imperialismos de turno. En ese sentido, el documental aporta una mirada más amplia: su visita al Congo y fragmentos desconocidos de films obtenidos en otros países como Estados Unidos, Rusia e Inglaterra.
Quizás lo más interesante del documental no es su desembarco en Cuba o sus primeros años de guerrilla junto a Fidel Castro, sino su aspecto menos conocido, su backstage familiar: imágenes junto a sus padres y hermanos en Punta del Este, cartas, fotografías o una serie de poemas enhebrados a manera de despedida.
Aún con sus reiteraciones (el cuerpo del Che asesinado a los 39 años aparece en varios tramos) y un extenso metraje, la película acierta al mostrar al hombre que dejó una huella imborrable. Tristán Bauer espía (a través de travellings) y fotografía archivos secretos (con el permiso del presidente boliviano Evo Morales) que están en poder del Ejército de ese país, y que incluyen cuadernos escritos de puño y letra, poco antes de ser capturado y asesinado.
Un ícono de nuestros tiempos y todo su legado quedan inmortalizado en este documental para fanáticos.