Es, evidentemente, la respuesta rusa, con todo su derecho, a la versión de la tragedia de Chernobil planteada en la exitosa miniserie de HBO, de cinco entregas. No es que se comparen. Son dos miradas sobre un mismo hecho, con planteos distintos y mucha ideología de por medio. Así como la miniserie se centraba en desplegar una ideología que dejaba muy mal parados a los rusos, ineficientes, ocultadores y responsables, en esta película el acento esta puesto en el heroísmo de un grupo de personas y como manejaron, bien, la crisis. Con alguna autocritica al sistema burocrático como responsable. Pero esta película se inscribe en un camino de la industria cinematográfica rusa, que busca hacer films de gran producción según el modelo hollywoodense. La directora y protagonista Danila Koslovskiy se extiende demasiado pero cumple su objetivo. Aquí vemos una historia de amor interrumpida que retoma su relación, se quiebra y vuelve con condimentos del horror y valor. Un grupo de aguerridos bomberos, los primeros en acudir, los esfuerzos de los médicos, la evacuación, y finalmente la resolución en la voluntad y el sacrificio.