Cuando en 2019 se estrenó la serie de HBO Chernobyl, la audiencia cayó rendida ante un producto de factura impecable, que describió con rigor histórico y profunda investigación las causas y consecuencias de la explosión del reactor ruso en 1986. Sin embargo, desde Rusia comenzaron a escucharse voces disidentes, que cuestionaron lo que mostró la ficción, llegando incluso a sentirse ofendidos por las inexactitudes presentadas.
Esta respuesta tiene su correlato cinematográfico en Chernóbil: La película, la respuesta rusa en clave de melodrama con algo de cine catástrofe que se estrena este jueves. El director Danila Kozlovsky hace las veces de protagonista, poniéndose en la piel de Alexey Karpushin, bombero de la zona, que justo cuando está a punto de ser trasladado a Kiev se encuentra envuelto en el desastre. El encuentro de un viejo amor y el descubrimiento que es padre de un nene de diez años, serán los motores para entregarse por completo a la solución del desastre nuclear.
Aunque falta tensión, hay momentos del film en el que la cámara en mano colabora para construir un clima asfixiante y opresivo, pero no llegan a cortar el aliento. Más bien parecen interludios en cuanto a la historia de amor del bombero, que termina siendo todavía más importante que el hecho histórico en sí.
La “respuesta oficial” a la miniserie de HBO se queda en la épica heroica, pasando por alto cualquier responsabilidad política o coyuntural. Aun cuando con esfuerzo y mucha buena voluntad puede llegar a entreverse un interlineado crítico, enseguida se diluye frente a las acciones y motivaciones individuales del protagonista, y quienes lo acompañan. Todos unidos por una causa mayor, sin cuestionarse los cómo ni los porqué.