El heroísmo, eje de una tragedia histórica
La explosión de la unidad 4 de la central nuclear de Chernóbil, Ucrania, fue el accidente atómico más grande de la historia ocurrido el 26 de abril de 1986. Sus secuelas fueron devastadoras para esa región, pero todo podría haber sido peor. Eso es lo que narra “Chernóbil. La película”, título dado en Argentina para diferenciarla de la serie de HBO que aborda el mismo episodio.
“Chernóbil. La película” es una producción de gran presupuesto que recrea un episodio complejo y traumático para la ex Unión Soviética. Según se estima, si el accidente no hubiese tenido una respuesta rápida a la contención de los daños la radiactividad podría haberse extendido y hubiese dejado inhabitable a parte de Europa, como es inhabitable la zona que rodea al reactor.
La unidad 4 actualmente está sepultada bajo dos sarcófagos, uno de hormigón y otro de acero que brindaría seguridad contra nuevas fugas hasta dentro de 100 años, en tanto que en diciembre de 2000 se detuvo definitivamente la unidad 3, la última que quedaba en funcionamiento. La película sólo alude en un breve diálogo a las razones de la explosión y a quienes serían sus responsables.
Una placa antes de los créditos indica que el filme está dedicado a los llamados “liquidadores”, las personas que perdieron la intentando contener los daños. Independientemente del hecho histórico, el filme hace foco en el heroísmo de tres personajes de ficción. El primero es Alexey, un bombero interpretado por Danila Kozlovsky, también director de la película Valery. La primera media hora de “Chernóbil” está dedicada al contexto del protagonista, su relación con una expareja, el hijo de ambos y la inminente partida de Alexey horas antes de que se desate la tragedia que cambiará su vida y sus planes. Los otros tres héroes del filme son un ingeniero y un buzo militar. Todos arriesgaron sus vidas buceando en aguas a más de 60 grados y en un ambiente saturado de radiactividad para drenar el agua de un depósito debajo del reactor en llamas.