Armadas, peligrosas y divertidas
Sandra Bullock nos lleva de nuevo a la repetida fórmula de películas de parejas de policías de los 80 al mejor estilo de "Infierno rojo" de Walter Hill, pero esta vez con una vuelta de tuerca feminista y un tema central sobre la intolerancia y la diversidad. La protagonizan una agente neoyorquina del FBI intachable y atildada y detestada por sus compañeros hombres- teniendo que trabajar con una desagradable agente de policía de Boston ultraviolenta con todo el aspecto del estereotipo de la lesbiana gorda y guarra, aunque uno de los trucos de la película es que las apariencias engañan. Justamente algunos de los mejores gags de esta furibunda comedia tiene que ver con las apariencias y los cambios de look de las dos protagonistas que, como siempre sucede en estos casos, al principio no se aguantan pero de a poco van desarrollando un vínculo.
Hay mucho humor negro y momentos de violencia sorprendentes, además de diálogos que quien entienda inglés descubrirá que incluyen lo que debe ser todo un récord Guinness sobre cantidad de insultos pronunciados por un personaje femenino (algunos sumamente creativos que, por supuesto, no aparecen traducidos debidamente en los subtítulos). También ésta debe ser la única película en incluir escenas tan espantosamente contundentes como un interrogatorio en el que una de las policías juega a la ruleta rusa apuntando a la bragueta del sospechoso.
La actuación de Melissa McCarthy justifica por sí sola esta película llena de gags realmente eficaces y tambien de buenos momentos de acción policial, aunque también un poco despareja y un poco más larga de lo que hacia falta. Las excelentes actuaciones secundarias y la música funky de los Isley Brothers terminan de hacerla muy recomendable.