Cualquiera que haya visto a Sandra Bullock en esa joya subvaluada que es Miss Simpatía y cualquiera que haya visto a Melissa McCarthy en Damas en Guerra (o la serie Mike & Molly) sabe que han nacido la una para la otra. Aunque son dos actrices cómicas con estilos diferentes, resultan altamente complementarios. El género policial permite, además, colocarlas en situaciones extremas: una mina de oro para la risa. Es cierto que hay muchas películas de “pareja despareja”, especialmente policiales, pero en manos de dos actrices inteligentes el efecto resulta diferente. Es, también, un film de relaciones, de exploración de la personalidad femenina contado desde adentro, donde el artificio del guión se disuelve: realmente creemos en esos personajes, no vemos a las intérpretes tratando de parecer graciosas sino que acompañamos a sus criaturas en todo el viaje. El film es, además, generoso en invenciones y en el uso de la acción, que es justo. Por otro lado, mientras una señorita arrogante y una mujer aparentemente grosera se van compenetrando, aparece otro costado: el de la inteligencia. En efecto, la película deja claro que no se trata solo de dos maniquíes dispuesto para el chiste, sino de dos personas, cada una de ellas con un conocimiento preciso del mundo. Si triunfan, es porque además del disparate y las emociones, son personas capaces de reflexionar y actuar. Esa característica, olvidada muchas veces en el cine de humor más simple, le otorga otra dimensión a esta comedia encantadora.