Chimpancés

Crítica de Andrea Villa - EscribiendoCine

Los chimpancés en primera persona

A pesar de que las películas pertenecientes al género documental no se encuadran entre las taquilleras, no dejan de atraer al público. Es el caso de Chimpancés (Chimpanzee, 2012), la cuarta producción de Disneynature, que tiene como público principal a los chicos pero que consigue interesar a toda la familia.

No se trata de dibujos animados ni de una producción con actores. Básicamente, Chimpancés se trata de ver a la naturaleza y a los animales en primera persona.

Disneynature es un sello de The Walt Disney Studios que ya se ha dedicado a las producciones sobre vida salvaje al lanzar éxitos como La Tierra (Earth, 2007), Oceános (Oceans, 2009) y la más reciente Felinos de Africa (African Cats, 2011) y, en este caso, se enfoca en el día a día de los chimpancés, de una manera entretenida, que hasta por momentos logra generar risas.

Efectivamente, los realizadores de esta ficción, Alastair Fothergill y Mark Linfield, llevaron las cámaras al Parque Nacional deTaï, en Costa de Marfil y lograron un rodaje dinámico, con una música acertada que divierte mientras acompaña las escenas donde se ve a esta especie bien de cerca, en su cotidianidad, en su medio ambiente natural y lejos de los rastros del hombre.

Estas imágenes logran construir el efecto de hacer sentir al espectador que está ahí, en ese lugar. Gracias, sin duda, a que son tomas de la vida real de estos primates, el público logra penetrar en el interior de la jungla como si conviviera con ellos, a través de imponentes imágenes del paisaje con planos generales y conmovedores primeros planos de estos simpáticos animales.

La presencia más destacada y tierna de este documental es Oscar, un curioso bebé chimpancé de tres años que tiene madre y abuelo, y pertenece a uno de los tantos grupos de chimpancés que pueden encontrarse en los densos bosques africanos.

Casi humanos. Así podrían describirse las miradas y los comportamientos de estos seres. En especial cuando se visualiza el vínculo de este pequeño protagonista con su madre Isha. La protección de la cría, las enseñanzas para conseguir el alimento, el aprender a armar un refugio para descansar y el acicalamiento son algunas de las muestras de amor que logran captar las cámaras para emocionar.

La lucha por la superviviencia en un ámbito hostil como es la selva trae pérdidas. Momento en que el relato se torna triste, cuando Oscar se queda sin su madre. Esto sucede luego de que ellos junto al macho alfa Freddy y los restantes chimpancés deben enfrentarse a otro grupo que viene por los nogales.

Sin embargo, también se obtienen ganancias. Oscar, en su intento por sobrevivir y valerse por sí mismo en una naturaleza que hasta ahora conocía sólo a través de su madre, descubre una figura paterna impredecible en Freddy, el líder de su grupo.

De esa forma, Oscar logra algo único: Romper con las rígidas jerarquías que existen en los grupos de chimpancés al ser adoptado por el animal que encabeza su grupo.

La voz en off del actor y comediante Tim Allen es un elemento que, da la sensación, está de más. No agrega nada al relato. Las imágenes de estas criaturas lo dicen todo por sí solas, crean espectacularidad y emoción. Será porque los gestos y movimientos que realizan estos primates para comunicarse reflejan signos de gran similitud con nuestro lenguaje.