Los documentales de Disney Nature se van transformando en un género en sí mismo, aunque proceden de la vieja tradición (también marca Disney) de las “aventuras de la vida real”. Lo más asombroso de Chimpancés no es tanto el relato que nos va armando sobre uno de esto animales sino la precisión casi sobrenatural con la que se capturan las imágenes para construir ese relato. A pesar de su tono de fábula infantil y sus “enseñanzas” sobre la familia y las relaciones (los animales no son seres humanos, pero eso siempre se elude), el solo espectáculo natural asombra.