CHiPs – Patrulla Motorizada Recargada: Explosiones, sexo y comedia en dos ruedas.
La remake del clásico de fines de los ’70 entrega comedia y sorpresivas dosis de acción, sin perder nunca de vista que el objetivo siempre es entretener.
Todas las comedidas estadounidense siguen una misma formula. Puede parecer que no, más que nada porque son, lejos, las que más abundan en el mercado; Si te juntas a ver una comedia lo más probable es que venga de Hollywood. Si, todas las comedias estadounidenses puede resumirse en “un grupo de actores improvisando lineas durante 10 min en una habitación”.
Es un subgénero de la comedia, que incluso ha afectado a películas y series cómicas de otras tierras; El humor yankee ya va más allá de las fronteras. La improvisación es la piedra fundamental de su comedia, en parte porque sus guiones cómicos suelen ser… más que flojos. ¿Porque pasarías más de 5 min escribiendo un dialogo cuando sabes que estas contratando actores “graciosos”? Lamentablemente este es el pensamiento en la mayoría de las ocasiones y se termina pasando de largo todo el proceso de realmente escribir lo que se supone va a ser gracioso.
Cualquier comedia hollywoodense podría servirles como ejemplo pero no queda más que revisar la filmografía de Judd Appatow o de Adam Sandler para encontrar la biblia de “cómo disfrazar el pasar un rato con amigos mientras cobramos y decir que es una película”.
A simple vista esta podría ser otra de esas ocasiones pero la realidad es que CHiPs termina siendo algo bastante particular, ya que no es una película simplemente ensamblada así nomas para que llegue a los cines a ver si se recauda algo… Al menos no desde su parte creativa, de guion y dirección. Es una película que se molesta en crear personajes reales, no solo nombres falsos para que sus actores usen mientras se mantienen siendo ellos mismos, al mismo tiempo que crea escenarios para que estos personajes interactúen de manera graciosa y que el humor no quede exclusivamente en manos de los actores.
Esta remake de la serie clásica de fines de los ’70 y principios de los ’80 es un claro ejemplo de algo que no suele suceder mucho en este subgénero. Los actores que reúne no tienen a la improvisación como su punto más fuerte, al contrario, es el guion el que esta escrito por un actor de comedia que, siempre utilitario y secundario, esta acostumbrado a improvisar y a generar dialogo y situaciones cómicas: Dax Shepard (Idiocracia), que también sirve como director y co-protagonista.
No es común pero, por supuesto, tiene antecedentes. Seth Rogen es un claro ejemplo de este tipo de trabajo, aunque en menor medida ya que sigue dándole prioridad a la improvisación una vez las cámaras están rodando. Además Shepard tiene intereses que lo hacen idóneo para este proyecto: es un amante de los fierros. Autos o motos, conducirlos, repararlos o coleccionarlos; Si tiene ruedas a Dax le interesa, algo clave para una remake interesada en entregar no solo comedia sino bastante acción, persecuciones y explosiones.
Pero Shepard es solo la mitad del dúo protagónico, y su mitad menos icónica claro esta, porque es Michael Peña quien se encarga de darle vida a “Ponch“. Peña es el oficial Frank Llewellyn Poncherello… De alguna forma. La película se las arregla para que la identidad del personaje icónico de Erik Estrada caiga en las manos del personaje de Michael Peña.
Si bien Peña no es un actor cómico que genere su propia comedia, como otros actores de mayor improvisación o con un background en el stand-up, tiene sin dudas una facilidad para inyectarle gracia a las lineas de un buen guion, y es exactamente lo que este proyecto necesitaba.
Los protagonistas funcionan de gran manera. Los personajes principales se mantienen entretenidos durante toda la película. Si uno entra a la sala a ver una comedia va a salir de ella satisfecho. La acción también es más que aceptable y servicial, todo esta muy bien realizado y aplicado en los momentos apropiados.
La comedia y la acción cada una por su lado van bien, pero el mayor problema (seguramente por la falta de experiencia de su director) es cuando se intentan mezclar entre ellas, o especialmente, con los aspectos más serios de la misma. Esta lejos de ser un drama, y no tiene ninguna aspiración más allá del entretener y hacer a la audiencia pasar un buen rato, pero aún así hay momentos en donde la película pasa de un momento a otro como mezclando aceite con agua.
Vicent D’Onofrio (Full Metal Jacket, Daredevil y Jurassic World) es un villano que sorprendentemente no solo carece de toda cualidad caricaturezca (el clásico malo que es malvado porque si), como seria moneda corriente en cualquier film similar, sino que también se le logra dar la presencia y autoridad que un villano de D’Onofrio merece. Ya hace tiempo que suele hacer papeles antagónicos, pero la realidad es que en lugar de ayudarlo a crear una presencia intimidante, en general las películas o series suelen aprovecharse de que ya de por si él trae tanto a la mesa como para presentarse de esa manera, y no terminan haciendo su parte para que sus personajes sean todo lo que puede ser. Otra de las pequeñas cosas que esta cinta hace diferente.
Si bien no logra resolverse de la mejor manera, es un esfuerzo destacable en las pequeñas cosas. Se mantiene interesante y entretenida, al menos hasta el final. Aún con sus fallas es recomendable si alguno esta con ganas de una comedia y no sabe que elegir, la acción es un más que agradecido bonus.