Christopher Robin: Miel y risas para todos.
Lo nuevo de Disney nos lleva a re descubrir al osito más goloso del Bosque de los 100 Acres y a todos sus amigos.
Winnie The Pooh es uno de los personajes más queridos por los más chicos desde hace varias generaciones. En esta ocasión, el osito tiene una misión muy importante que cumplir: recordarle a Christopher Robin que mucho trabajo y nada de juego nunca es bueno.
Esa es la premisa de este nuevo film, que llega a nosotros con ese Título: Christopher Robin – Un Reencuentro Inolvidable. Que nos lleva desde el momento en que Christopher le dice adiós a sus amigos del bosque hasta la actualidad, donde una versión adulta del chico que merodeaba en aventuras junto a sus amigos de peluche, necesita recordar que hay cosas más allá del trabajo.
Christopher Robin (Ewan McGregor) es un personaje que se nos puede hacer a todos muy familiar. La vida fue guiando su camino y sus decisiones lo pusieron en una situación muy buena para mantener a su familia. Pero con esto también llegaron responsabilidades que lo llevaron a olvidar que, por más importante que el trabajo sea, no lo puede ser más que la familia o la salud.
McGregor se mete en la piel de esta versión adulta del mejor amigo de Winnie Pooh con mucha naturalidad. El cambio de amargado, obsesionado y estresado se da gradualmente y con naturalidad. No es un momento de claridad que genera un cambio abrupto. Es un viaje que te lleva por la emociones de Robin y McGregor sabe traerlas a la vida con la misma calidad que el actor da a la mayoría de sus proyectos. El momento clave es cuando Christopher debe defender a sus amigos de los peligrosos efelantes y para ello (y para convencerlos de que es en verdad Christopher) deberá jugar como lo hacía a los diez años.
El film se centra tanto en la actuación de McGregor que bien podría ser un unipersonal. La mayor parte de su tiempo en pantalla, su compañía principal es la de Pooh o alguno de los otros habitantes del bosque de los 100 acres pero eso no quita mérito a ninguno de sus compañeros de elenco.
El foco lo comparte luego con su esposa y su hija. Hayley Atwell es Evelyn, la media naranja del adulto Christopher. Ellos empezaron con el meet-cute más clásico y su historia es de amor y compañerismo. Pero ella ve lo que Robin no: se obsesionó con el trabajo y no disfruta ni de la compañía de su familia.
La otra co-estrella es Madeline Robin, Bronte Carmichael trae a la vida a la hija de 11 años de Christopher. Es educada, inteligente y extraña a su padre, y que va en camino a convertirse en una adicta al trabajo y es ahí cuando su madre interfiere y la manda a jugar. Lo cómico es que la niña responde que jugará como la mejor, en lugar de ir simplemente a divertirse.
El último nombre destacable del elenco es Mark Gatiss como el jefe de Robin, Giles Winslow. El hombre es un heredero con todas las de la ley, en un puesto de mando sin haber hecho nunca algún tipo de trabajo y quien tiene éxito al utilizar el trabajo de Christopher como propio, insistiendo que lo hacen en equipo (lo cuál no es así en lo absoluto). Gatiss logra ser ese ser odioso que todos nos hemos cruzado en algún punto de nuestra vida y que nos irrita a más no poder por el simple hecho de ser él.
La belleza visual de la película recae en buena parte en lo minimalista de la misma. Sí, una parte importante ocurre en Londres luego de la guerra. Pero otra muy importante se lleva a cabo en el Bosque de los 100 Acres y es alucinante en su simpleza, realzada con cosas como el clima (soleado, neblinoso, tormentoso). El bosque es casi un personaje más y lo lleva a Robin a descubrir a su niño olvidado mientras lo recorre en busca de sus viejos amigos.
El diseño de Winnie y sus compañeros es ideal y no 100% acertado a la vez. Ideal porque parecen de verdad peluches de la época en cuestión. No acertados porque, por ejemplo, Tigger es casi blanco y los colores (excepto por el rojo de Pooh) se pierden un poco y no son tan vivos como uno esperaría. Pero los personajes son tal cual los esperarías y te encariñas con ellos de una. Personalmente, mi favorito es Igor: depresivo con un toque de sarcástico, el burrito se ganó mi corazón.
Christopher Robin es un film que se presenta como emotivo y te sorprende con una dulzura y comedia para toda la familia sin desestimar el viaje madurativo que atraviesa su protagonista y sus amigos.