Esta vez, la nubecita de lluvia no es el querido oso embarrado que usa un globo para subir al panal. No, esta vez la nube es real, está sobre Londres. Tiñe al cielo de gris y ese niño que un día compartía aventuras con su peluche, hoy es un adulto agobiado por las responsabilidades y parece haber olvidado todo lo que alguna vez vivió en el bosque de los Cien Acres. Ewan McGregor se une al osito más famoso para hacer Christopher Robin, una de las películas más tiernas del año.