Mis recuerdos de Winnie The Pooh eran muy vagos. Sé que de chico vi un par de veces la serie animada y que no había causado nada mayor en mí. Así que al entrar a ver esta película no tenía una carga emocional previa. Por ello, el impacto fue aún mayor cuando descubrí lágrimas en mis ojos en más de una oportunidad.
El film me pegó bastante, y no necesariamente por sus personajes sino por el mensaje.
Hay mucho (incluso una escena calcada) de dos películas que tienen que ver con Peter Pan: Hook (1991) y Finding Neverland (2004), esta última dirigida por Mark Foster, quien aquí ocupa la misma silla. Ambas cintas cuentan con un gran discurso sobre crecer, la pérdida de la inocencia y lo que ello conlleva.
Ese es el objeto principal y motor de Christopher Robin. Y toda su narrativa argumental y audiovisual pasa por ahí. Lo cual es genial.
El director maneja muy bien los tiempos y respeta el concepto en todo momento, creando un verosímil muy singular.
Los simpáticos personajes (muy bien adaptados como peluches viejos) cargan con mucha nostalgia. Asombra la mirada que tienen, y por lo tanto se trata de un laburo de VFX espectacular.
Y su protagonista, quién da el título de la película, es un genial Ewan mcGregor.
Su personaje emprende un viaje desde comienzo a fin. Algo muy palpable en el espectador y que transmite mucho.
El resto del elenco está muy bien, con menciones especiales a la cuasi debutante Bronte Carmichael, quien hace de la hija de Christopher, y Mark Gatiss, en un papel distinto al cual estamos acostumbrado a verlo, ya sea en series británicas o en otras películas.
La historia es simple pero encantadora. Pero hay una cuestión para tener muy en cuenta: se trata de una película para adultos.
Porque pese a un par de pasos de comedia, los más chicos pueden no llegar a engancharse tanto.
Para otro tipo de espectador el film incluso le puede resultar lento y/o aburrido. Todo dependerá de su preconcepto antes de verlo, pero el tráiler puede llegar a engañar un poco.
Christopher Robin me sirvió de conector con mi niño interior, motivo por el cual la recomiendo mucho.