En su superficie, los entrañables personajes animados cobran “vida” en un intento por rememorar épocas de música y juegos con el protagonista, un hombre gris que sólo vive para trabajar.
Pero si uno escarba más profundo, en la intención de ubicar a Winnie the Pooh y amigos como los referentes de este hombre, que a diferencia de Peter Pan, ha perdido la capacidad lúdica de sorprenderse, no hay nada nuevo en una propuesta que busca emocionar de una manera evidente sin revisar sus premisas o intenciones.