Ciclos

Crítica de Marcelo Cafferata - El Espectador Avezado

La ópera prima Francisco Pedemonte, “CICLOS” es una de los tantos documentales que renuevan la cartelera del Espacio INCAA Gaumont cada semana con diversidad temática y con multiplicidad de propuestas.
Francisco Pedemonte es un reconocido director y editor de sonido que ha trabajado con grandes directores del movimiento de cine independiente nacional entre los que podemos mencionar a Matías Piñeiro (en “Viola” y “La Princesa de Francia”), Cecilia Kang (en “Mi último fracaso”) o Juan Villegas (en “Victoria”).
Pedemonte se aventura en ésta, su primera realización, con un documental que se asoma al mundo del deporte, más particularmente del ciclismo, pero haciendo foco en un adolescente nacido en Chacabuco –Ignacio Semeñuk- que, aún contra la poca confianza que tenía en su propio seno familiar al iniciar este deporte, llegar a pelear por el campeonato argentino.
La particular historia de Semeñuk tiene estos ribetes de camino del héroe que la hacen conmovedora e interesante: Ignacio comienza a dedicarse al ciclismo a partir de los 12 años y un dato notable es que arranca con esta actividad con una bicicleta prestada.
Algo que inició tímidamente, fue consolidándose con el tiempo y mejorando a través de las diversas carreras hasta llegar rápidamente al podio, convirtiéndose en uno de los mejores de su categoría.
En el año 2015 llega a ser subcampeón del Campeonato Argentino de Ruta y medalla de oro en el Campeonato Olímpico de Pista y de los Juegos Evita y luego obtiene también el subcampeonato Olímpico de Pista en el 2016.
La figura de Semeñuk y su historia permiten desplegar una variedad de temas que tienen que ver con la adolescencia y con el deporte.
A saber, enfrentar a las exigencias y sacrificios que implica desarrollar una actividad como el ciclismo a esa edad en donde otros adolescentes no quieren desarrollar ninguna que implique ese nivel de compromiso, el fanatismo de los padres –los hay más exigentes y otros que acompañan de forma más amorosa y sin presiones como es el caso de los padres de Ignacio-, los entrenadores, el mundillo de la competencia, el amor y la pasión por el deporte, todos tiene su momento y su lugar dentro de “CICLOS”.
Pero el problema se presenta fundamentalmente en un guion que no puede encontrar una forma sólida de brindarle una estructura por donde pueda encaminarse la historia. En algunos momentos el relato comienza a percibirse fragmentado y hasta puede lucir algo improvisado, como si sencillamente se hubiese intentado compaginar el material filmado de acuerdo con cierta búsqueda azarosa en el proceso de edición.
No siempre una figura por más atractiva que se presente, tiene la capacidad de sostener y narrar por sí mismo todo un documental si no existe un guion por detrás que complemente y permita darle ese adecuado andamiaje a la historia.
Algo de esto resiente a “CICLOS” que recién sobre el tramo final encuentra su propio eje y puede tomar fuerza sobre lo que quiere contar. Nutrido de un espíritu observacional, los entrenamientos y las competencias se suceden para ir entendiendo ese ciclo de vida de Ignacio que ha sido profundo e importante en su adolescencia.
Es allí cuando el documental se plantea el juego con la etimología de la palabra ciclo: que por un lado deriva del griego rueda, círculo y de allí tan ligado al mundo de las bicicletas; y por el otro, da una contundente referencia a los ciclos de la vida.
Un reportaje en la radio de su pueblo, casi oficiando de epílogo (que produce en el espectador ciertas contradicciones y desencuentros respecto del mensaje general de la propuesta), nos dejará bien claro que hay periodos que se cierran esperando que vengan otros nuevos, momento de decisiones, de dejar el pasado atrás para dar por finalizado un ciclo y dar lugar a que aparezcan otros, nuevos, desconocidos.
En definitiva, Pedemonte plantea con Ignacio justamente esto: todo llega a tener un ciclo y con este documental logra se parte y acompañar también este cierre.