Una niña tras las huellas de su padre
Es evidente que hay algo que inquieta a Lila, la niña que protagoniza Ciencias naturales. En la escuela rural a la que asiste, en plena zona montañosa cordobesa, su maestra nota que su atención es dispersa, que la relación con sus compañeros es tensa, que hay alguna preocupación que no le permite estar relajada. Muy pronto se revelará el motivo de esa perturbación: la chica desconoce la identidad y el paradero de su padre. Se propone averiguarlo como sea y finalmente, después de un par de intentos individuales fallidos, logra que esa maestra atenta a su irregular conducta se convierta en su socia fiel para un viaje de búsqueda que tendrá algunas peripecias y equívocos hasta concluir en el destino deseado.
La historia de Ciencias naturales es austera en términos de cantidad, pero generosa en materia de calidad: los sucesos dramáticos son acotados, pero intensos. Y eso tiene que ver en buena parte con el nivel de las actuaciones: Paola Barrientos (la docente) es una actriz formidable, Paula Hertzog (quien ya se había lucido en El premio, de Paula Marcovitch) se desenvuelve con gran soltura y tanto Sergio Boris como Eugenia Alonso, en roles más reducidos, también resuelven con solidez y eficacia sus participaciones. Se trata de una película sencilla, efectiva y equilibrada, más allá de algún subrayado musical innecesario. Lucchesi aprovecha con inteligencia el entorno natural en el que está ambientada la historia, usándolo como correlato del ánimo de la protagonista (frío y gris en los momentos de incertidumbre, soleado y policromático en los de liberación y promesa de un futuro distinto).
El recorrido internacional de la película fue realmente notable: elegida mejor película de la sección Generation K Pluz del Festival de Berlín, también se llevó los premios a la mejor película, el mejor guión y la mejor actriz (Paula Hertzog) en el Festival de Guadalajara, obtuvo una mención especial del jurado en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián y pasó por Toulouse, Lima, Miami, Cartagena, Los Ángeles, San Pablo, La Habana y Bousan (Corea del Sur). También fue exhibida y elogiada en la edición 2014 del Bafici. Todos reconocimientos merecidos para un film para ver con el corazón abierto.