Ciencias Naturales es uno de los mejores ejemplos de la interesante movida que está produciendo el cine cordobés. Galardonada en los festivales de Berlín y Guadalajara, esta ópera prima de Matías Luchessi da cuenta de cómo una historia que aparenta ser sencilla puede ser magistralmente contada gracias al pulso narrativo de su realizador, dotándola de una profundidad dramática que la convierte en una gran película.
Un film que relata la importancia de la búsqueda de los orígenes, a pesar de lo imposible que parezca. Lila (Paula Hertzog), es una preadolescente que asiste a una escuela rural en medio de las sierras cordobesas: la niña no está interesada en las clases y quiere escaparse a toda costa. El motivo es la necesidad de conocer al padre, de quien ni siquiera sabe el nombre. Lo que aparenta ser un capricho, por lo díscola que es su conducta, en realidad no sólo es un deseo sino también un derecho. La madre se opone a esto y reprocha a su hija que con ella y su abuela no le alcance; la directora de la escuela asimismo sanciona su comportamiento transgresor. La única que puede escuchar algo del deseo subjetivo de la niña es su maestra (Paola Barrientos), quien pone en riesgo su trabajo para acompañar a la alumna en su travesía, sin contar con demasiadas pistas.
Presenciamos una especie de road movie, con maravillosas imágenes de los invernales paisajes cordobeses. La historia contiene más de una vuelta de tuerca que la hace absolutamente atrapante. El deseo de la niña insiste, pero las cosas se hacen cada vez más difíciles: la maestra tiene que lidiar entre sostener a la niña y regresar a la escuela. Así vamos recorriendo pueblos, nos encontramos con personajes bastante peculiares, donde la ilusión y decepción forman un engranaje narrativo que iluminan el relato.
Con una dupla actoral sólida y notable, ambas mujeres interpretan papeles dotados de fina sensibilidad, sin caer en estereotipos ni exacerbados melodramas. El nombre del padre se hace necesario ante un escenario dominado por mujeres que reniegan de la figura masculina. El nombre del padre viene en forma de veleta, necesario para que cualquier niño se oriente en la vida y de eso va la película, de respetar los derechos del otro, más allá de que nos parezcan un capricho o una locura.