Una joya de inexplicable estreno tardío
Al fin, después de tanta demora, se estrena esta verdadera joyita que viene ganando aplausos por todas partes, desde el Festival de Berlín de febrero del año pasado, cuando se llevó el Gran Premio del Jurado Generación Kplus, y luego más premios en Buenos Aires, Guadalajara, Miami, Brujas, San Sebastián, el CineKid de Ámsterdam, etc., hasta la nominación a los Platino para la mejor ópera prima del cine latinoamericano, que perdió por unos pocos votos.
Aun así, el estreno local se demoraba. Mientras, se murió uno de los actores, el director ya hizo otra película, y la niña protagonista siguió creciendo y ya debe estar en la secundaria. Pero al fin se estrena, y nadie se explica el motivo de tanta demora, porque, la verdad, esta obra es un encanto, un relato original, placentero, bien narrado, lleno de ternura, humorismo, excelente elenco y creciente emoción.
La historia es sencilla: una nena de una escuelita de Traslasierra, de esas a las que se llega a caballo, está emperrada en escaparse para buscar a su padre. No sabe quién es, sólo sabe que doce años atrás el hombre anduvo instalando unas antenas en la zona y sedujo a la puestera, que luego crió a la niña sin decirle jamás absolutamente nada sobre el autor de sus días.
Con el solo dato de la empresa responsable de las antenas, la niña decide encontrar al irresponsable. No piensa reprocharle nada, sólo conocerlo. Dos días, varias pistas, una maestra que se ve empujada a acompañarla por los pueblitos serranos, unas vueltas de tuerca muy apropiadas, algo de sana picardía criolla, personajes memorables, linda resolución. Eso es todo, y el resultado es un deleite, un poquito doloroso pero reconfortante a la vez. Se disfruta con una sonrisa permanente, se suelta alguna lágrima, se sale del cine con una sonrisa todavía más grande.
Autor, un debutante, Matías Lucchesi, parcialmente formado en el taller de Martínez Suárez. Coguionista, Gonzalo Salaya. Intérpretes, la nena Paula Galinelli Hertzog ("El premio", acá nunca estrenado), Paola Barrientos, Sergio Boris, Arturo Goetz, Alvin Astorga, que en esta historia lleva el sobrenombre de "El Puma", por un motivo fácil de imaginar. Y las sierras fuera de temporada, la pureza de cierta gente, de ciertos sentimientos, incluso los que no pueden decirse. Y la precisión de un cuento bien contado. Vale la pena.