Olvídate de todo lo que pensabas que sabías acerca de cómo vienen los bebés al mundo, porque ya ni las cigüeñas los traen. Resulta que ahora, estos simpáticos animalitos alados no vuelan para entregar un niño en pañales, sino importantes paquetes que forman parte de toda una corporación internacional llevada adelante por un magnate de los negocios. En ese contexto, el ave protagonista, de nombre Junior, está a punto de ser nombrado jefe, cuando ocurre lo inesperado; el peor escenario de todos…
Han pasado años y años desde que las cigüeñas lograron desprenderse de ese trabajo por el cual eran catalogadas, y por culpa de una niña huérfana que quedó abandonada en la empresa, todo se desmorona. Así es, Tulip es el único ser humano que convive en medio de ese caos, y lo único que desea es encontrar a su familia, quienes jamás recibieron ese empaque que contenía a una pequeña de cabello ondulado y rojizo. Su rebeldía la lleva a inventar todo tipo de objetos y excusas para salir al exterior, hasta que un día, la situación se sale de control. Accidentalmente, pone nuevamente en funcionamiento la máquina de hacer bebés, reactivando el instinto maternal de Junior, y obligándolo a emprender un viaje para entregar a un nuevo integrante que con tanto entusiasmo están esperando allá abajo, e intentando contra viento y marea no ser descubierto por el dueño de Cornerstore, o su mayor sueño quedará truncado para siempre.
Claro que el camino será un sinnúmero de obstáculos, donde deberán lidiar no sólo con una manada de lobos obsesivos sino también con la vieja cigüeña culpable de aquel accidente en el que Tulip quedó presa para siempre. Cigüeñas, la historia que no te contaron (en inglés: Storks) es el nuevo film que produjo Warner en medio de uno de los mercados más competitivos. Los responsables son los mismos detrás de la película de LEGO, aunque debo decir que increíblemente esta historia es más original y provoca mucha más risas. No es ningún hallazgo increíble, pero cumple con la función de entretener. Los animales siempre tienen ese encanto y esa capacidad de hacer ver la ridiculez tan fresca y divertida que hoy día es difícil imaginar un proyecto de estas características sin al menos uno de ellos. En general tiene algunas fallas en cuanto a personajes de relleno que nada aportan a la riqueza de la trama y quedan como un simple relleno, pero el género infantil siempre perdona.
La regla número 1 es NO ENCARIÑARSE, y sin embargo, la combinación explosiva de elementos tiernos que hay en esa hora y media de relato, nos hacen sentir estúpidamente golosos; ni hablar a los protagonistas. Transmitiendo valores esenciales como el amor, la responsabilidad, la perseverancia, la camaradería, y demás cosas que nunca faltan (ni sobran) en estos largometrajes, Cigüeñas es muy bella para verla en familia y seguir confundiendo a nuestros niños sobre la mera verdad (jeje). ¿Un dato curioso? Desde 1999 que Jennifer Aniston no prestaba su voz a un personaje animado, cuando fue Annie Hughes en El gigante de hierro (The Iron Giant). En esta ocasión es una madre workaholic que aprende una gran lección gracias a su pequeño hijo.