La reseña express de este estreno podría ser algo así.
"Una colorida película de animación que logra a entretener a los más chicos en el cine con personajes divertidos".
Si bien es cierto que los niños no se van a aburrir con Cigüeñas, también es un hecho que la van a olvidar por completo 20 minutos después que salieron de la sala.
No está mal que los chicos tengan una propuesta para entretenerse el fin de semana, pero si nos ponemos a analizar un poquito más esta producción la verdad que es decepcionante.
No porque sea mala, sino que se da algo peor, es mediocre e intrascendente.
Cigüeñas fue dirigida por Nichollas Stoller, responsable de Malditos vecinos 1 y 2, quien no tiene nada que ver con el mundo de la animación, y Doug Sweetland, un ex artista de Pixar que trabajó en varios de los filmes de esa compañía.
Ninguno de los dos jamás tomaron conciencia que estaban haciendo una película para Warner Bros, un estudio que representa palabras mayores en el mundo de los dibujos animados.
Nos referimos a una compañía histórica que fue responsable de brindar clásicos emblemáticos como los Looney Tunes, Merrie Melodies, Animaniacs, Tiny Toons, Fenomenoide, Quest for Camelot y las series de Batman y Superman de DC.
Hay una historia que deber ser respetada y Cigüeñas simplemente no está a la altura de lo que representa Warner para el mundo de los dibujos animados.
Que una producción de semejante compañía parezca una película independiente realizada en Sudáfrica, como Zambezia (a la que no tiene nada que envidiarle) es vergonzoso.
Si se tratara de ese caso uno podría ser más indulgente con esta propuesta, porque se entiende que los estudios independientes cuentan con mayores limitaciones en todos los campos.
Ahora que un estudio de la historia de Warner en este género haga un film como Cigüeñas es triste.
La producción de los directores Stoller y Sweetland es un collage de lugares comunes que copia de manera burda elementos que vimos hasta el hartazgo en el último tiempo.
Otra vez tenemos los infumables personajes con personalidades diferentes que tiene que unir fuerzas para llegar a un lugar determinado.
Una idea con la que vienen robando en Hollywood desde Toy Story.
También incluyeron predecibles escenas humorísticas, que resultan redundantes, momentos emotivos trillados y el infaltable bebé tierno que copiaron de La era de hielo y Monsters Inc.
70 millones de dólares de presupuesto y no se les cayó una idea.
Ni siquiera le pusieron el mínimo esfuerzo al diseño de los personajes que lucen iguales a todos los filmes recientes de animación computada de Dreamworks, Sony e Illumination (La vida secreta de tus mascotas).
Cigüeñas parece una película hecha sin ganas y a las apuradas sin la motivación de contar una buena historia.
Todo el concepto que presenta la trama fue pobremente trabajado y seguramente despertará algunas preguntas en los niños menores de seis años.
Según la trama, los bebés nacen de una máquina industrial y las cigüeñas los reparten como si se tratara de un servicio de Amazon. En este cuento los padres son simples niñeras. Buena suerte con las preguntas de los pequeños a la salida del cine.
Seguramente le va ir bien a este film porque no hay tantas opciones infantiles en la cartelera, pero se trata de una propuesta mediocre que no está a la altura de lo que representa Warner en la animación.
El año que viene para esta misma fecha el estudio estrenará la nueva película de Scooby Doo, quien volverá al cine de animación después de 20 años.
Ojalá brindé un film más decente que lleve con dignidad el clásico logo de esta compañía.