50 sombras de Grey: mucho ruido y poco erotismo
Cada tanto suele aparecer una obra -en este caso es un libro pero también puede ser una película o una canción, por ejemplo- que sacude todo a su alrededor. Hablamos de aquellos productos que generan tantos admiradores como detractores, esos de los que la gente no puede parar de hablar (mal o bien). Esto es lo que sucedió con "Cincuenta Sombras de Grey", novela erótica publicada en 2011 por la inglesa Erika Leonard James. La trama, básicamente, cuenta la relación entre una joven recién graduada de la universidad y un exitoso empresario de negocios. Esto no sería nada raro si no fuera porque se describe puntillosamente las prácticas sexuales "poco comunes" de la pareja. Rápidamente el libro fue acogido en su mayoría por el público femenino, desde adolescentes a mujeres casadas, aunque maliciosamente se lo tildó de "porno para mamás". Hubo también fuertes críticas por su, según algunos, pobre y mala escritura; y por su representación de la práctica sadomasoquista.
Lo cierto es que esta novela se convirtió en una trilogía con la publicación de Cincuenta Sombras Más Oscuras" y "Cincuenta Sombras Liberadas". La colección vendió más de 31 millones de copias en todo el mundo, estableció el récord como la edición de bolsillo de ventas más rápida de todos los tiempos, superando a la de Harry Potter, lo que convirtió a E.L. James en la autora más vendida desplazando a J.K. Rowling.
Como no podía ser de otra manera, la adaptación a la pantalla grande no se hizo esperar. Y también generó ruido, ya que en Malasia la prohibieron por considerarla "pornográfica". Demasiada calificación para un film chato y poco "picante".
Anastasia Steele (Dakota Johnson) es una estudiante de literatura que le hace un favor a su compañera de cuarto, una estudiante de periodismo que está enferma: hacerle una entrevista al joven y exitoso empresario millonario Christian Grey (Jamie Dornan). Mientras se sucede el reportaje Ana cae bajo el influjo del enigmático hombre, y él queda prendido de la ingenuidad y frescura de ella. De a poco empiezan a frecuentarse hasta que Grey le pide comenzar una relación pero bajo sus propios términos. Ana descubrirá así que él tiene unos particulares gustos sexuales y una obsesión por controlarlo todo.
Lo primero que llama la atención de este filme es la elección de dos mujeres en el equipo creativo: Sam Taylor-Johnson como directora y Kelly Marcel como guionista. Tal vez la intención haya sido captar la sensibilidad de la protagonista, por eso el toque femenino. Vaya uno a saber. Lo cierto es que, para una obra que venía con tanta publicidad por su carga erótica, nos entregan un filme vago, bastante artificial y con poco sentido.
Cuando salió el trailer lo vieron más de 100 millones de personas, convirtiéndolo en el más visto de 2014. Incluso ya se anunció oficialmente la adaptación de los otros dos libros. O sea, es una de las películas más esperadas de este año. El problema es que los diálogos son dolorosos para el oído, poco inteligentes y hasta naif en algunos casos. Las escenas "subidas de tono" no son ni tan fuertes ni tan explícitas siquiera como para generar polémica. Caerles duro a Johnson y Dornan no sería justo, ya que hacen lo que pueden con un material que promete más de lo que vale.
Si ésta es la gran película erótica que nos prometieron estamos muertos. Hay que pedirle perdón a Sylvia Kristel, la protagonista de "Emmanuelle".Perdonalos, Sylvia, no saben lo que hacen.