Esperábamos algo peor, dada la enorme solemnidad cursi del libro en el que se basa esta película. Por suerte, alguien decidió tomarse todo como una comedia romántica más, o menos, dado que salvo un par de secuencias el resto es más bien previsible. Hay una idea, la de la excitación que causa lo desconocido, y la espera-rechazo de lo que puede venir, eso que llamamos “suspenso” pero que apenas está esbozada. Dakota Johnson, que personifica a Anastasia Steele como una imitación bonitita de Fabio Alberti como Coty Nosiglia, entiende la parte cómica del asunto. Las escenas de sexo se llevan 12 a 15 minutos de las dos horas y son casi rutinarias, menos intensas que las de cualquier clase B erótico de trasnoche de cable. La mayor parte del film es una sucesión de viajes en auto, helicóptero y planeador. El bluff inofensivo del año.