La trilogía de "amor sadomasoquista" Cincuenta Sombras de Grey le generó a la autora E. L. James una ganancia de 95 millones de dólares en 2013, y dio fin a la supremacía de los thrillers y aventuras fantásticas de los últimos años. La literatura erótica, por muchos años en la oscuridad, pasó a estar en un lugar privilegiado en las librerías de todo el mundo.
Pero eso no fue todo. Cincuenta Sombras de Grey fue el bestseller que más rápido se vendió en la historia, con más de 70 millones de ejemplares en tan sólo ocho meses en Estados Unidos... cifra que se dispara a números insólitos si le sumamos los millones más que se compraron a nivel global.
La novela erótica de la escritora británica sedujo al público de una manera que todavía pocos llegaron a entender. Y el furor llegó ahora a la pantalla grande, luego de meses e incluso años de expectativas y de indecisiones a la hora de encontrar al actor adecuado para interpretar al enigmático sex symbol en el que se convirtió el personaje de Christian Grey.
El irlandés Jamie Dornan (The Fall) encarna al soltero multimillonario con una obsesión por el sexo sadomasoquista. La relativamente desconocida Dakota Johnson (Red Social) –hija de Melanie Griffith y Don Johnson- fue elegida para estar frente de la franquicia como la virginal e inocente Anastasia Steele, que pronto descubre un mundo de placeres sexuales de la mano de su nuevo novio al que -al principio por lo menos- no le gusta mucho el romance: "Yo no hago el amor. Yo cojo. Duro".
Sí, los diálogos de Cincuenta Sombras de Grey no son precisamente shakesperianos -aunque hay que agradecerle a la guionista Kelly Marcel que haya eliminado bastantes fatalidades del material original. Pero, como ya sabemos, el público no va a verla por la profundidad de sus palabras, sino por lo gráfico de sus escenas de sexo.
En Cincuenta Sombras de Grey hay desnudez, pero por sobre todo femenina. ¿No se suponía que esta saga se trataba de despertar fantasías en las mujeres? Sin dudas la sangre le pulsará a más de una al ver a Dornan desnudo aunque no del todo, pero la visión femenina que supuestamente aporta su directora Sam Taylor-Johnson (Nowhere Boy) es por momentos censora, aunque de esto solo se le puede echar la culpa a los estudios, que, con el fin de que la película obtenga mayor publicidad y visibilidad, tuvo que hacerla más "light" para obtener una calificación más deseable.
A la hora de examinarla hay que tener en cuenta una cosa: la película de Cincuenta Sombras de Grey está hecha para sus fans, y es, después de todo, un filme concebido en Hollywood. Se podría hablar mil horas sobre sus múltiples defectos -y pequeños grandes aciertos como leves dejos de humor y una personalidad más fuerte y creíble en su protagonista-, pero ése no es el propósito de esta nota. Lo cierto es que los amantes de los libros estarán más que satisfechos con esta adaptación, y sin dudas esperarán ansiosamente las dos secuelas que darán continuación a una historia que no se puede negar que tiene sus atractivos, pero que, para el que no está particularmente atraído, verla sería simple y completo sadismo.