Documental sobre las entrañables salas de barrio
El paso del tiempo, sumado al auge de la televisión y de los videos y a cierto retraimiento financiero, hizo que los cines de barrio fueran desapareciendo para convertirse en sitios destinados a cultos religiosos, a bingos, a playas de estacionamiento.
El director y guionista Lucas Brunetto destacó en este cálido documental la centralidad que tuvieron esas salas y para realizar este recorrido histórico convocó a un grupo de hombres que, por su labor, hicieron posible por décadas su funcionamiento; así, proyectoristas, acomodadores, carameleros y combinadores (los que llevaban los rollos de películas de una sala a otra en rápidas maniobras de sus motocicletas o de sus desvencijados autos) se transforman en los verdaderos protagonistas del film.
En una crónica íntimamente ligada al afecto y a la memoria Damiano Berlingieri, José Olguín, Pedro Strelec, Oscar Ursi y Noelio Cornelio, que en aquellas épocas de esplendor fueron tanto proyectoristas como carameleros, acomodadores y combinadores, relatan sus vivencias teñidas por una pátina de melancolía, de alguna lágrima que corre por sus mejillas y de variadas anécdotas que reflejan aquellos años en que en el Gran Buenos Aires se multiplicaban los cines y el público de esa zona podía tener las pantallas casi al lado de sus viviendas. Este documental se convierte así en un homenaje a esos cines a los que la modernidad dejó de lado y que ahora, y a través del esfuerzo de los vecinos, intentan volver a ocupar aquellos lugares como una necesidad para la reconstrucción de la memoria colectiva.