Cirquera

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

Como si la cosa nunca hubiera cambiado, entre el material de archivo de “Cirquera” y lo filmado de la actualidad, hay un plano de una casa vieja con un pequeño pasillo exterior tapado por una planta del tipo enredadera de la cual brotan algunas flores anaranjadas. La cámara cambia de posición pero sutilmente. Es la misma planta y la misma casa, pero no el tiempo que pasa. El tiempo borra cosas, la memoria por ejemplo, y en ese paso irreductible deja estelas, arrugas en la piel que cede a los años y le dan al rostro otra expresión, más cerca de la nostalgia que de las nuevas vivencias.

Con ese nivel de búsqueda, Diana Rutkus muestra una parte de su vida, olvidada por ella y desconocida por el espectador. Era una nena de 6 años cuando dejó de viajar con el circo del cual eran parte sus padres y también sus abuelos) Ella y su hermano han recorrido miles de kilómetros en la década del ’60, amarrando en ciento de pueblos y lugares.

Uno imagina el nivel de desarraigo constante. Esto de pertenecer a una familia que no pertenece a ningún lugar. Diana narra en off mucho de lo que le sucede. Lo hace de una manera solemne, como si la elección partiera de ver mucha narración efectista de documentales de Nat Geo. Es cierto, es ella en primera y tercera persona (en el texto cinematográfico de las imágenes del pasado), pero la decisión le resta calidez. Tiene menos organicidad si se quiere.

Por lo demás, a esta realización le debe su mejor resultado a la propuesta de la compaginación en la cual, efectivamente, logra plasmar esto de que al circo lo componen personas que están muy lejos del común.

Andres Habegger logra captar momentos como los del principio, gestos de la madre tan cómplices, que la cámara parece haberse enamorado de ella. Hay, además, un interesante uso expresivo del material de archivo. Es de colección el momento en que los hermanos sacan algunas conclusiones de las consecuencias del viajar.

La realización propone una búsqueda de identidad, un regreso al pasado para reconocer la madera de la que se está hecho. Más que una excusa para la nostalgia, “Cirquera” es un intento de reconstrucción que funciona bien.