Claudia

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Claudia es una organizadora de eventos obsesiva por su trabajo. A tal punto que en el sepelio de su padre termina discutiendo con la empresa fúnebre sobre la organización del mismo. Una amiga acude a su ayuda para que la reemplace como Wedding Planer de una importante boda. Claudia acepta y rápidamente investiga sobre los novios, su familia, etc. Descubre que el lugar elegido tiene problemas edilicios y sobre la hora decide cambiar la localización de la ceremonia. Este será el comienzo de una serie de acontecimientos que irán complicando la boda y generando una inquietud creciente.

¿Es Claudia una comedia? ¿Podría decirse que es un policial? ¿Estuvo a punto de convertirse en un film de terror? No hay manera de encajar a esta extraña película en una única categoría. Ningún film necesita categorías, pero algunos encajan en ellas y nos permiten una interpretación plácida y amable, más allá de que sean buenas o malas. Pero el único parentesco que Claudia tiene es con el mundo de Alfred Hitchcock. Como en La dama desaparece uno se pregunta si lo que pasa es real o si está en la mente de la protagonista. Y como aquel film uno llega a una pregunta mayor: ¿Lo que nos pasa es producto de la casualidad o no rodea una gran conspiración? En Hitchcock la respuesta es: las dos cosas. No todos forman parte de un plan, pero muchos sí. La angustia de esta comedia inusual se sostiene gracias a la actuación de una de las más grandes actrices de nuestro cine: Dolores Fonzi. Ella permite que el caos tenga, al menos dentro del film, un sendero por donde transitar y mantener la atención en una película nada convencional.