Close

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Tras su celebrado debut con la poderosa “Girl”, el director Lukas Dhont, nuevamente reunido junto al guionista Angelo Tijssens, concibe el drama “Close”, uno de los films más premiados de la presente temporada. Fue nominada a mejor película internacional para los Premios Oscar, obtuvo en el Festival de Cannes el Gran Premio del Jurado (ex aequo), fue nominada a mejor película de habla no inglesa para los Globos de Oro y obtuvo la misma candidatura para los Premios César.

“Close” examina traumas que derivan de ciertos tabús latentes en una porción social propensa a estigmatizar y encasillar modos de vincularse bajo roles sexuales que se asignan señalando con el dedo. El frágil lenguaje de los cuerpos se dispone a relatarnos un luminoso cuento de amistad en una infancia que trasciende hacia las orillas de la pubertad. Para quienes crecer implica desconectarse de ciertas sensaciones para conformar y no incomodar, la brutalidad es un elemento que corrompe toda la ternura, instalando el miedo a no encajar con lo esperado. El exterior, que no cede en prejuiciar, se convierte en un ser hostil y de mil rostros, incapaz de comprender una forma sana de dar amor. Entonces, lo íntimo estará cerrado. “Closed”.

Nos sentimos cómplices de una búsqueda interior resquebrajada, a medida que el film hace hincapié en la extrema sensibilidad con la que deben tratarse ciertos asuntos. Aquello que pueda acomplejar o cohibir a un niño durante su formación emocional y no poseer retorno merece suma atención. La estupenda gestualidad de la dupla de jóvenes actores prima por sobre los diálogos. “Close” indaga en el dolor, el amor, la libertad y el remordimiento. Técnicamente inobjetable, hace un inteligente uso del travelling y conserva dentro del cuadro la esencia de unos personajes que marcan con sobriedad el tono dramático de cada secuencia.