De los mismos realizadores de la revolucionaria Matrix, en conjunto con Tom Tykwer (director de Corre, Lola, Corre y Perfume: Historia de un Asesino), llega esta mega produccion independiente que no es fácil de visionar.
Basada en la novela homónima de David Mitchell, una obra narrativamente compleja, los hermanos Wachowski nos traen este film que presenta seis historias distintas ambientadas cada una en un tiempo y espacio diferente, narradas a través de seis géneros distintos y mezclando pasado, presente y futuro desde el siglo XIX hasta un futuro apocalíptico, tratando de hilvanar todo el relato bajo un mismo concepto filosófico.
Una obra que intenta trazar un mapa de la condición humana, superando los límites espaciotemporales, donde todos nuestros actos y elecciones del presente repercuten en el futuro y tienen consecuencia en los otros de manera invisible. Una red basada en la lógica del vínculo humano entre el opresor y el oprimido donde la mayoría de los personajes se cansan de ser abusados y desatan su espíritu revolucionario.
Temas que ya supieron explayar magistralmente en Matrix con una historia profunda que generaba su discusión y ofrecía un gran entretenimiento.
Es así como el relato va y viene en el tiempo y el espacio a través de la aventura y el drama en el siglo XIX, en épocas de la esclavitud, donde un abogado que viaja a unas islas en el océano Pacífico para concretar un contrato comercial y en su viaje de regreso será sorprendido por un esclavo; El drama romántico de un joven compositor homosexual en la Europa casi nazi de los años 30’que deja a su pareja para ayudar a componer a un prestigioso y anciano músico; Un thriller político ambientado en los 70’en el que una periodista decide investigar el informe secreto de una planta nuclear y descubre que podría poner en peligro a la humanidad; Una especie de comedia en el que un editor de libros de la Inglaterra actual hace una insospechada fortuna y tras ser perseguido por la mafia termina preso en un geriátrico; Una historia de ciencia ficción en una Corea del futuro donde clones hacen trabajos de esclavos y algunos de ellos deciden revelarse al sistema; Y la acción y aventura en una tierra post-apocalíptica, con los últimos sobrevivientes de la humanidad que reciben la visita de seres de una civilización tecnológicamente mas avanzada mientras son acosados por caníbales.
La realización es brillante en muchos aspectos, desde los efectos visuales, el minucioso trabajo de vestuario, maquillaje, la fotografía y puesta en escena, pero sobre todo por la extraordinaria labor de montaje, tan espectacular que cada historia, personaje y escenario se va intercalando uno a otro de manera precisa y fluida pasando por las distintas épocas y diferentes géneros (cada cual con una estética y estructura ficcional singular), uniendo cada escena con otra por algo en común: una palabra, un acto, el mismo actor pero en otra época o un simple objeto.
Es por eso que la elaborada estructura narrativa se sustenta más por el montaje que por el peso de las historias individuales.
La constante necesidad de conectar todo y avanzar fluidamente el relato le impide profundizar en conflictos propios de cada historia, y a su vez los distintos argumentos carecen de un conflicto sólido que genere entusiasmo y empatía con el espectador más allá del interés generado por conocer su final.
Por momentos ese pasaje de historia a historia, cuando aún no tenemos muy en claro de qué se trata cada una, puede resultar algo confusa para el espectador. Y el montaje vertiginoso, sobrecargado con diálogos demasiado forzados y obsesionados en el mensaje que se quiere transmitir, logra a veces que la comedia no provoque mucha risa, el drama no conmueva o el romance no apasione.
La versatilidad de un elenco estelar compuesto por Tom Hanks, Halle Berry, Susan Sarandon, Hugh Grant, entre otros, componen con solvencia distintos personajes en cada relato (algunos muy disímiles entre sí), pero no logran causar la empatía necesaria para identificarnos con sus personajes y adentrarnos en cada historia.
Brilla Tom Hanks, que cumple con soltura todos sus papeles, pero pareciera estar desaprovechada una actriz de la talla de Susan Sarandon y una Halle Berry que dramáticamente no termina de convencer.
Cloud Atlas, es una buena película, diferente y original, pero también ambiciosa y pretensiosa. Que a pesar de contar con un excelente despliegue técnico, grandes actores y una gran carga filosófica, no tiene la magia especial de aquella Matrix y termina siendo un film interesante para ver, por momentos entretenido y por otros no tanto, pero de seguro algo agotador en sus casi tres horas de duración.
Mención aparte para la historia del futuro en Corea del año 2130, donde el diseño de los ambientes y escenarios mas la puesta en escena y las secuencias de acción, con el inconfundible sello de los hermanos Wachowski, son de lo mas logrado del film.